Blogia
Bucarestinos

Política

¡Hasta aquí hemos llegado!

¡Hasta aquí hemos llegado!

El gobierno de Basescu lleva casi dos años estirando de la cuerda de la paciencia de los rumanos, abuso que parecía no tener límite. Así, a los brutales recortes en los salarios públicos, al aumento del IVA, a la reducción de la capacidad adquisitiva de los pensionistas, a los despidos de médicos y profesores, al cierre de hospitales, el presidente Basescu añadió impasible la semana pasada el anuncio de la privatización de una buena parte de la sanidad pública. 

En respuesta, el pasado jueves, el reputado viceministro de Sanidad, Raed Arafat, presentó sonoramente su dimisión. Arafat, un médico de origen palestino que llegó a Rumanía en 1981, fue el creador del servicio de emergencias del Condado de Mureş (servicio que empezó financiando de su propio bolsillo) y, años después, del famoso SMURD, un servicio de emergencias móviles que empezó a funcionar de manera eficiente en toda Rumanía. La renuncia de Arafat encendió rápidamente la chipa de las protestas, que se extendieron por muchas ciudades rumanas.

Inicialmente, los manifestantes acusaban al gobierno de querer acabar con el sistema público sanitario que, aunque con demasiadas ineficiencias e irregularidades, permite que todo el mundo tenga acceso a un cierto nivel de sanidad. Ante el cariz que estaba tomando la situación, Basescu anunció el viernes que retiraba inmediatamente el proyecto de ley.

A pesar de ello, para sopresa de muchos que ven a la sociedad rumana demasiado anestesiada, durante el fin de semana las protestas se mantuvieron por todo el país pero. A las proclamas en defensa de la sanidad pública, se añadió una crítica al Gobierno de Basescu en particular y a la clase política en general, a los que se acusaba de practicar una política depredadora sin límites que está aumentando enormemente la brecha entre los rumanos más ricos – muchos de ellos, políticos - y el resto de ciudadanos. Declaraciones como la del senador Iulian Urban, del partido en el gobierno, que afirmó que los manifestantes son “gusanos que merecen la suerte que tienen” reflejan perfectamente la actitud de una clase política canallesca y de escasa catadura moral que no teme a las consecuencias de sus actos o sus afirmaciones.

El clímax de esta situación se alcanzó ayer en Bucarest, cuando unos 1.500 manifestantes se reunieron a protestar en la simbólica Piaţa Universitate, uno de los escenarios principales de la Revolución de 1989 (en la imagen). La manifestación transcurrió en calma hasta que las principales cadenas de televisión conectaron en directo con la plaza, momento en el cual, un pequeño grupo empezó a increpar a la policía, alguien lazó un cóctel molotov y las fuerzas del orden respondieron con cargas y gases lacrimógenos (oportuno, ¿no?). Hubo decenas de detenidos y heridos en ambos bandos. Uno de ellos, un señor de avanzada edad, gritaba a la cámara mientras se tocaba la cabeza herida: ¡Todos roban, del primero al último, vivimos en un país de ladrones!

Y, desgraciadamente, tiene razón.

 

Opera bufa en el Senado rumano

Opera bufa en el Senado rumano

Desde que, en un tan ajustado como discutido resultado,  Mircea Geoană perdiese las elecciones frente al inefable Traian Basescu, su posición en el Partido Socialdemócrata rumano (PSD)  había quedado en entredicho. Tampoco ayudó a su futuro político su denuncia sobre unos supuestos ataques paranormales lanzados,  durante el debate electoral, por misteriosos personajes cercanos al reelegido presidente Basescu . Desde entonces, el todopoderoso expresidente de Rumanía y presidente de honor del PSD, Ion Iliescu, lo había puesto en su punto de mira y esta semana, por fin, se ha cobrado su silenciosa venganza tras la derrota de 2009.

Después de su fracaso en las elecciones presidenciales, Geoană tuvo que conformarse con ocupar la posición de líder del Senado rumano. A medida que Victor Ponta, nuevo líder del PSD, ascendía en el seno del partido – bajo la sombra alargada de Iliescu, que prefería un líder blandito y maleable -, Geoană iba perdiendo apoyos hasta que, tras largas noches de cuchillos largos y fratricidas, el PSD decidió expulsarlo de sus filas y, por consiguiente, apartarlo del cargo de Presidente del Senado.

El pasado miércoles, su propio partido presentó a la Oficina Permanente del Senado una moción para cesar al Sr. Geoană. Pero, ¡ay!, el Sr. Geoană era quien debía convocar de urgencia a la Oficina Permanente del Senado y, como era de esperar, se negó a hacerlo, acusando a los senadores de seguir un procedimiento no incluido en el reglamento de la cámara.

En estas circunstancias, Geoană tomó de nuevo asiento y apremió a los senadores para que se pusiesen inmediatamente a trabajar, debido a lo apretado de la agenda. Perplejos, muchos de los presentes se levantaron de sus poltronas, mirándose entre ellos sin saber qué hacer. Pronto algunos empezaron a postularse, en voz alta, como nuevos presidentes del Senado. Primero un nacionalista húngaro - por lo del río revuelto, imagino -, después un miembro del PDL de Basescu. Atónito, el Presidente del Partido Nacional Liberal dijo a voz en grito:

-          ¿Por qué no llama alguien al teléfono de emergencias para que desalojen al Sr. Geoană?

Tras un buen rato de incertidumbre y discusiones y, a pesar de las protestas del todavía presidente del Senado, finalmente los miembros de la Oficina Permanente del Senado votaron a favor de la destitución, seguidos del Senado en pleno que, como era de esperar, votó por  mayoría abrumadora a favor del cese. Geoană optó por ausentarse de la sala mascullando maldiciones (a la espera, supongo, de que tuviesen el mismo efecto sobre sus enemigos políticos que el que tuvo sobre él durante el famoso debate de 2009).

Nada ha podido hacer Geoană para mantener su cargo y ha dejado el PSD amenazando con formar un nuevo partido que, según él, a principios de 2012 estará en posición de arrebatar el poder al resto de partidos políticos.

Dios nos pille confesados.

De elecciones, incompetentes y malintencionados

De elecciones, incompetentes y malintencionados

Como bien sabrán mis lectores, el próximo domingo se celebran en España elecciones generales. Como también es de dominio público, esta lid electoral se produce en un momento de profunda crisis no sólo económica, sino también política y social, por tanto, depositar el voto en la correspondiente urna se convierte casi en una obligación para cualquier ciudadano responsable.

En estas circunstancias, gracias a las noticias de TVE que casualmente pude ver en la televisión de un hotel de Sofía, poco antes de tomar el vuelo de regreso a Bucarest, me he enterado que ni María ni yo podremos ejercer nuestro derecho al voto en estas decisivas elecciones.

Al parecer, el pasado enero, el gobierno socialista publicó con alevosía una nueva normativa electoral según la cual, todos los expatriados debíamos solicitar explícitamente y por escrito a la Junta Electoral Central (es decir, a una institución situada ¡en España!) nuestra intención de votar en las elecciones.

Hasta ahora, ante cualquier convocatoria electoral, recibíamos en casa una carta con las papeletas, el sobre donde colocar la escogida y unas instrucciones sobre dónde y cuándo votar. Era muy simple porque, una vez inscritos como residentes en Rumanía, el censo electoral se modifica automáticamente y ya no constamos en el de España (es decir, no es posible realizar un segundo voto fraudulento). Ahora, de acuerdo con el nuevo procedimiento, tras realizar la solicitud expresa de voto, deben seguirse una serie de pasos burocráticos complicadísimos que, según la prensa, no siempre han terminado de manera exitosa pues la Junta Electoral Central ha denegado algunas solicitudes y Correos ha hecho el resto al retrasar los envíos de la documentación a los solicitantes. La consecuencia es que la participación en las elecciones de 2011 disminuirá un 65 % respecto al 30 % que hubo en 2008.

La embajada de España en Bucarest, pródiga en envíos sobre saraos patrios y festivales de cine español, no ha dicho ni mu a la comunidad de residentes sobre un cambio tan importante y, por tanto, son pocos los que han cumplido con los requerimientos para  poder votar.

Curiosamente, las noticias han dicho también que muchos de los 136.000 inscritos para poder votar en todo el mundo, son "nuevos españoles" (cito textualmente) que han obtenido su nacionalidad gracias a la Ley de Memoria Histórica, es decir, hijos y nietos de exiliados republicanos españoles que, informados puntualmente por las organizaciones que han facilitado su obtención del pasaporte español, han realizado todos los trámites para votar y ahora, lógicamente agradecidos, apoyarán a quienes les han dado la oportunidad de participar en estas elecciones.

Rumanía, Rusia y el escudo antimisiles de EEUU

Rumanía, Rusia y el escudo antimisiles de EEUU

Tras la llegada del estigmatizado George W. Bush a la Casa Blanca, EEUU puso en marcha un carísimo programa de defensa llamado Escudo Antimisiles o, en la jerga militar, Sistema ABM. Sin entrar en detalles, se trata de un sistema de defensa diseñado para interceptar misiles enemigos antes de que lleguen a su destino. Mediante este escudo protector, EEUU afirma proteger a sus aliados europeos de los ataques de los bautizados como estados terroristas, es decir, Irán y Corea del Norte. Por su parte, desde que se produjeron los primeros movimientos de EEUU para formalizar su escudo - entre ellos, pedir apoyo a Rumanía para instalar parte del sistema en su territorio -, Rusia ha alzado la voz en su contra y ha lanzado graves amenazas que alertan con la reedición de la temida Guerra Fría.

¿Por qué?

Rusia, Bielorusia y Kazajstán han llegado, no hace demasiado tiempo, a un acuerdo para la creación de un mercado común e incluso se han planteado tener una sola moneda. Ucrania, más inestable políticamente, con una lucha encarnizada entre pro-rusos y pro-occidentales, ha mostrado también su interés por participar en este proyecto, lo que podría acabar resucitando una estructura parecida a la de la Unión Soviética. A pesar de todo, todos estos países, ricos en materias primas, necesitan la tecnología y el capital de la Unión Europea y, más concretamente, de Alemania (el miembro más capaz y solícito), para invertir las divisas producto de la venta de sus recursos naturales en crear un tejido industrial potente y unas infraestructuras modernas.

Por su parte, Alemania, harta de la Unión Europea y especialmente de sus socios más díscolos, mira hacia Rusia para proveerse de lo que necesita (principalmente, energía) y reencauzar su maltrecha economía. Paralelamente, el declive demográfico alemán puede acabar arruinando la infraestructura industrial alemana pues la escasez de mano de obra, combinada con una población envejecida, garantiza el desastre económico. En este contexto, en Rusia puede encontrar un excedente de mano de obra barata e incluso terreno abonado donde trasladar parte de su producción. Además, Alemania quiere distanciarse discretamente de Estados Unidos, sobre todo después de que reclamara su apoyo en la impopular y atascada guerra de Afganistán.

Estando así las cosas, si Alemania y Rusia siguen alineándose, los países que se encuentran entre el Báltico y el Mar Negro serán indispensables para la política norteamericana. Polonia es el más grande de ellos y el situado más estratégicamente y, aunque le beneficia claramente ser miembro de la Unión Europea, le aterra quedar bajo la influencia de sus enemigos históricos. Por su parte, EEUU necesita limitar la entente ruso-alemana o, al menos, crear un contrapeso en la región. Por este motivo, cuando Washington empezó a desplegar el sistema ABM, escogió Polonia para instalar las primeras baterías de misiles. Rusia se opuso enérgicamente pues sabía que los sistemas estratégicos de este tipo necesitan ser protegidos y se temía, por tanto, un despliegue de tropas norteamericanas cerca de su frontera. Todo ello se pone todavía más de manifiesto cuando se tiene en cuenta que ni Irán ni Corea del Norte tienen capacidad para lanzar misiles de un alcance de hasta ocho mil kilómetros ni los tendrá en un futuro próximo.

Algo parecido ocurre con Rumanía. Para Estados Unidos es imperativo reforzar sus relaciones con el gobierno rumano, apoyarle económicamente y ayudarle a modernizar sus fuerzas militares (lo mismo ocurre con el eslovaco y el húngaro), es decir, crearle la necesidad de ser pronorteamericano. En consecuencia, el mes pasado la administración Obama llegó un a un acuerdo con el gobierno de Basescu para instalar una base de interceptores de cohetes de medio alcance SM-3 en Rumanía.

En este tablero de ajedrez, la derrota de Georgia frente a Rusia en 2008, ante la pasividad de los norteamericanos, incrementó la incertidumbre política en Rumanía y el resto de países del cinturón defensivo frente a Rusia pero la realidad es que EEUU sólo sacrificó un incómodo peón – al fin y al cabo, su aliado en la zona para contener a Rusia es Turquía - para obtener otras concesiones puntuales de Moscú, especialmente en el escenario centroasiático. Toda esta política tiene un cierto medioplacismo pues, en el fondo, EEUU espera que Rusia acabe hundiéndose de nuevo. Su dependencia de las exportaciones de mercancías le permite llenar sus arcas pero no está fortaleciendo su economía, lo que unido al fuerte declive demográfico que empieza a padecer y a una estructura geográfica incómoda, la condena a un futuro incierto, especialmente si no obtiene el apoyo alemán que tanto necesita.  

 

 

Sobre los manuscritos de Cioran

Sobre los manuscritos de Cioran

Un par de días antes de cumplirse los 100 años del nacimiento de Emil Cioran, la casa de subastas francesa Binoche & Giquello puso a la venta  82 objetos relacionados con el filósofo: varios manuscritos de obras como La tragedia diaria, Jansenismo, Consideraciones al problema del entendimiento en Kant, El libro de las quimeras o De lágrimas y santos (entre otros), numerosas cartas y postales escritas a sus padres, una fotografía del escritor, su diploma del Bacalaureat (el equivalente rumano de la Selectividad), su diploma de licenciado en Filosofía y Letras, etc.

Todo este material había permanecido durante años en manos de Eleonora Cioran, viuda del hermano del filósofo, quien el año pasado propuso al Ministerio de Cultura rumano la compra de todo el lote. El Ministerio no le prestó demasiada atención, así que la señora decidió venderlo al mejor postor. El precio inicial de la subasta fue de 100.000 €, aunque la cantidad ascendió hasta los 405.000 € pagados por el empresario rumano George Brăiloiu, propietario de de la empresa KDF Energy, líder del mercado de certificados de emisiones de dióxido de carbono en Rumanía.

Lo curioso del asunto es que el Ministerio de Cultura de Rumanía, que en caso de pujar en la subasta tenía preferencia, renunció de nuevo a unos documentos que pertenecieron a uno de los pocos rumanos con proyección internacional y que, sin duda, son patrimonio de la historia y la cultura reciente de Rumanía. Imagino que el ministro Kelemen - un nacionalista magiar cuya lengua materna es el húngaro y al que posiblemente Cioran se la trae bastante al pairo - y los encargados del asunto en el Ministerio estaban ya demasiado ocupados con actividades más enriquecedoras como para pensar en semejante nimiedad.

Sea como fuere, por suerte para el pueblo rumano, Brăiloiu ha declarado hoy mismo que, tras fotocopiar lo que más le interese (sic), donará todos los documentos a la Academia Română, la institución más prestigiosa del país en el estudio, la defensa y la preservación de la lengua y la literatura rumanas.

¡Bravo, Sr. Brăiloiu! Menuda lección le ha dado usted a toda la tropa del Ministerio de Cultura.

En la imagen, Emil Cioran en su casa de París junto a Fernando Savater, quien le dedicó tu tesis doctoral en 1973 (Ensayo sobre Cioran, Espasa–Calpe, Madrid, 1992).

Impuestos abracadabrísticos

Impuestos abracadabrísticos

Si hace meses se salvaron de la quema impositiva, desde hace un par de días brujos, nigromantes, adivinadores, videntes, astrólogos y demás trabajadores de lo sobrenatural deberán contribuir a las arcas del Estado mediante el pago de impuestos.

El pasado mes de septiembre, el Parlamento propuso ya una ley que incluía este tipo de actividades entre las susceptibles de recaudar IVA, sin embargo, el Senado tumbó la propuesta, según dicen, por el temor de sus señorías a las tenebrosas consecuencias de tal medida. Pero la crisis económica no da tregua ni en el inframundo, así que el partido en el gobierno ha vuelto a la carga y finalmente ha conseguido aprobar una ley que obliga al lóbrego colectivo a registrarse, aportar al fondo de pensiones, a la seguridad social y a contribuir a las arcas generales con un impuesto sobre sus ingresos.

La reacción no se ha hecho esperar. Una docena de brujas han anunciado que en breve arrojarán mandrágora al Danubio para condenar al presidente y a los políticos que han votado a favor de esta medida. Bratara Buzea, una de las más destacadas brujas del país que ya durante el régimen de Ceauşescu sufrió penas de prisión por su esotérica condición, confirmó que dirigirá un coro de brujas que, a través de ceremonias en las que se emplearán excrementos de gato o cadáveres de perro, lanzarán varios conjuros contra los responsables de su desgracia.

Es justo admitir que acabar una sesión de magia o brujería con una factura en la mano le quita encanto al asunto, sin embargo, el ansia recaudatoria del Estado no entiende de arrebatos y la clase política rumana no teme abrir las puertas del infierno.

Sobre las consecuencias de la medida y de las contramedidas, pronto las veremos.

... y no hubo nada

... y no hubo nada

Y luego, incontinente,

caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Recordará el lector los versos cervantinos que tan bellamente describen aquello que pudo ser una gran bronca y terminó en una espantada. Eso es lo que hoy ha ocurrido en Bucarest.

El día ha empezado guerrero, miles de personas – al final, muchas menos de las esperadas – se manifestaban por las calles. En el Parlamento, los señores diputados y senadores clamaban a favor o en contra del gobierno, enfrentaban sus diagnósticos sobre la crisis y recetaban soluciones más o menos imaginativas. En la calle, rodeando la Casa Poporului, aquellos miles han esperado expectantes el resultado del debate. Algunos han perdido los nervios, se han enfrentado a la policía y han acabado entre rejas.

Más tarde, en el interior, los diputados han pasado frente a las urnas, depositando sus votos, algunos entre aspavientos y gestos a la galería. Los miembros de la coalición de gobierno (PDL y nacionalistas húngaros) no se han dignado ni a votar en contra de la moción. Socialistas y liberales se han quedado a 17 votos de los necesarios para tumbar al gobierno.

A las 17.40 h un titular: Boc se queda. Inmediatamente, diputados del PSD han llevado hasta la tribuna los 2,5 millones de firmas que pedían la dimisión de Boc. Éste las ha mirado con una sonrisa a medio camino entra la burla y la condescendencia y algunos miembros de su partido han lanzado los dossiers contra la oposición. No ha habido víctimas.

Los manifestantes se han ido retirando poco a poco de la Plaza de la Constitución. Ya de noche, en la televisión, la oposición anuncia con pocas ganas una nueva moción de censura. Nada nuevo bajo el sol.

 

Manifestación

Manifestación

Ha llegado el día D (¿de dimisión?).

A primera hora todo estaba preparado y el recorrido de la manifestación no autorizada – aunque con un recorrido que publicaba ya ayer toda la prensa – estaba casi totalmente despejado. El Bulevard Magheru, normalmente abarrotado a las 11 h, lucía así esta mañana.

Image256

A lo lejos he empezado a oír sirenas, silbatos y megafonía. Una masa informe, aparentemente poco organizaba, se acercaba desde Piaţa Romană. Un camión la precedía lanzando consignas.

Image257

Encabezando la marcha, Victor Ponta, líder del Partido Social-Demócrata, con una bandera rumana a modo de bufanda. La gente ha empezado a llegar, miles de personas gritando contra el gobierno. Los principales lemas eran: “¡Ladrones!”, “¡Abajo el Gobierno!” o “¡Abajo Basescu!”. Algunos, muy jóvenes, gritaban “¡Revolución!”. Otros adaptaban consignas que se emplearon durante la Revolución del 89, aunque cambiando Ceauşescu por Basescu.

Image258

Entre los manifestantes, gentes de todo tipo, aunque mayoritariamente funcionarios venidos de distintos puntos del país. Esta mañana, en la oficina, se sorprendían de que los españoles entendamos una huelga general como un parón que afecta a todos, empleados públicos y privados. Aquí, todas las tiendas están abiertas pero los manifestantes, a diferencia de España, no increpan a los trabajadores de empresas privadas, sólo les animan a añadirse a la marcha. Veo una gran pancarta del Bloque Nacional de Revolucionarios, cuyos miembros portan banderas agujereadas, como en 1989.

Image263

La marea humana se extiende desde Piaţa Universitate hasta Piaţa Victoriei. Se dirige hacia el Parlamento.

Image262

 

Alea iacta est

Alea iacta est

Suetonio afirma que César pronunció esta frase poco antes de iniciar su rebelión contra el Senado romano al cruzar el río Rubicón, frontera entre la Galia Cisalpina e Italia, dando lugar así al inicio de la guerra civil. Plutarco dice que César usó una frase en griego de una obra de Menandro, uno de sus autores favoritos. Sea como fuere, el sentido es claro: La suerte está echada.  

Mañana, 27 de octubre, se vota una nueva moción de censura contra el gobierno Boc (en la imagen). El acoso contra el gobierno no vendrá sólo de la pinza formada por socialistas y liberales en la sala del Parlamento. A las puertas de la Casa Poporului, se espera que unos 80.000 manifestantes reclamen el fin del gobierno del Partido Democrático Liberal.

En esta ocasión y sin que sirva de precedente, los cinco mayores sindicatos rumanos se han puesto de acuerdo para convocar una gran manifestación contra las medidas de austeridad que ayude a tumbar al gabinete. A las 10 de la mañana se reunirán frente a la sede del gobierno en Piaţa Victoriei y, con permiso de la autoridad o sin él, marcharán hasta las puertas del Parlamento para apoyar a la oposición en su intento de derrocar al gobierno. El plan de los manifestantes es esperar hasta las 17.30 h, momento en que se conozca el resultado de la votación de la moción de censura, bloqueando las puertas de acceso al recinto.

No quiero anticipar qué ocurrirá si fracasa la moción, aunque ocurra lo que ocurra, mañana será un día movidito.

Nuevo embate contra el gobierno

Nuevo embate contra el gobierno

El Partido Social Demócrata de Rumanía (PSD) junto a toda la oposición presentaron ayer en el Parlamento una moción de censura contra el Gobierno de Emil Boc. El texto, firmado por 209 parlamentarios, lleva por título “Moción de la mayoría de Rumanía, moción popular” y en él se exponen los motivos que han llevado a socialistas, liberales, conservadores y nacionalistas húngaros a presentar la moción y una serie de medidas para salir de la crisis política, económica y social en la que vive inmerso el país.

De este modo, la oposición pide la revocación del recorte del 25 % de los salarios públicos y de la subida del IVA en 5 puntos, hasta el 24 %. También se proclama la necesidad de renegociar las condiciones de devolución del crédito con el FMI, la Banca Mundial y la Comisión Europea o de evitar el pago de impuestos a las pensiones por debajo de los 1.000 lei (unos 250 €). Mucho más cercanas a un brindis al sol son las propuestas para mejorar la transparencia de las licitaciones públicas o para evitar la corrupción y el clientelismo, especialmente considerando que los gobiernos socialistas y liberales no se han caracterizado precisamente por su honradez. Otro de los objetivos prioritarios de la oposición es la mejora en los procesos de absorción de fondos europeos, que actualmente están anclados en alrededor del 10 % de los fondos disponibles.

El asunto tiene su enjundia pues aunque la oposición no alcanza los 236 votos necesarios para que la moción prospere, algunos miembros del partido del gobierno ya han anunciado que la apoyarán, algo inaudito en la política española. Aprovechando la turbulencia política, el líder socialdemócrata, Victor Ponta, ha llamado a la huelga general el mismo día de la votación de la moción, es decir, el 27 de octubre.

Un hecho curioso fue que cuando el día 16 se anunció la presentación de la moción de censura, antes incluso de conocerse su contenido, se proclamó ya el día 25 de octubre como el más adecuado para votarla. En tiempos del comunismo, cada 25 de octubre, Día de las Fuerzas Armadas de la República Socialista de Rumanía, se celebraba “la liberación del último palmo de territorio rumano bajo la ocupación hitleriana” (en referencia al 25 de octubre de 1944, cuando los ejércitos ruso y rumano expulsaron a las últimas tropas nazis del país), por tanto, la oposición pretendía establecer un chocante paralelismo entre dos situaciones totalmente distantes. Imagino que alguien les avisó de que probablemente se habían pasado tres pueblos así que, finalmente, retrasaron el día de la votación.

De huelgas

De huelgas

Mientras en España se inaugura una huelga general de dudoso resultado, en Rumania seguimos sin rumbo. No es que aquí no se realicen huelgas, el problema es que aquí no son capaces de ponerse de acuerdo ni para protestar. 

Desde hace aproximadamente un mes se convocan manifestaciones periódicas en la Piata Victoriei, frente a la sede del Gobierno, para protestar por la precaria situación del país, sin embargo, cada concentración la convoca unilateralmente un sindicato determinado o asociación de trabajadores y cada una es igual de escasa que la anterior (hace unos días, la más numerosa, agrupó a unos 20.000 funcionarios, aunque otro día se reunieron 6.000, otro 2.000, otro varios cientos) y, por tanto, no surten el más mínimo efecto. Ayer mismo unas 8.000 personas protestaron por las bajadas salariales en el sector público convocados por el Bloque Nacional de Sindicatos, otro sindicato más que agrupa a trabajadores del sector público y del privado.

Otro cantar fue lo que ocurrió hace unos días cuando unos 6.000 policías se concentraron en el lugar habitual para increpar a Basescu y Boc por la reducción del 25 % de su salario. Muy honestamente, portaban pancartas donde, entre otras cosas, confesaban que la disminución de sus ingresos aumentaría la corrupción. La manifestación, no autorizada, acabó con escándalo. Basescu y Boc renunciaron a su escolta policial y el ministro de Interior, Vasile Blaga, y varios jefes policiales dimitieron, siguiendo la estela de destituciones de varios ministros de hace ahora unas semanas.

En estas circunstancias, en Rumanía se respira un cierto aire de descomposición y deriva. Los sindicatos anuncian nuevas protestas para la semana próxima (aunque nunca unitarias, cada uno por su lado), la oposición eleva el tono y el ambiente se vuelve cada día más tenso.

 

La soplona

La soplona

La situación de la escuela rumana es caótica, los profesores están muy mal pagados, la falta de recursos es dramática y, consecuentemente, la calidad de la enseñanza cae en picado desde hace años, especialmente en las ciudades.

En estas circunstancias, el actual Ministro de Educación, Daniel Funeriu, ha dado una rueda de prensa para anunciar el inicio del nuevo curso escolar, sin embargo, el buen señor ha subido a la palestra sin haber aprendido la lección por lo que, consciente de sus limitaciones, se ha llevado con él a la Secretaria de Estado de Educación, Oana Badea (la señora con cara de profundo agobio junto al encorbatado ministro).

El Sr. Funeriu no parece ser ningún incompetente pues, según su CV, estudió Química en la Universidad de Estrasburgo y ha trabajó como investigador en universidades y empresas privadas de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Japón antes de ser ministro, por lo tanto, tras ver las escalofriantes imágenes sólo se me ocurren dos opciones, ninguna buena: se ha vuelto imbécil al cruzar la frontera rumana o su CV es totalmente falso.

Las breves imágenes no tienen desperdicio.

http://observator.antena1.ro/politic/Declaratii-suflate...-Funeriu-cu-lectia-neinvatata_12158.html

Haberlas, hailas

Haberlas, hailas

Uno de los principales problemas de la economía rumana es la tradicional ineficacia del gobierno para recaudar impuestos, lo que mantiene las arcas del estado en permanente penuria. Empujado por el FMI, el partido del primer ministro Boc se ha puesto a la tarea de reformar el sistema tributario para conseguir el dinero necesario que le permita devolver la deuda contraída y acometer las medidas necesarias de modernización del país.

En este contexto, hace un par de días los diputados del PDL, Alin Popoviciu y Cristi Dugulescu propusieron una medida suplementaria para engrosar el presupuesto estatal: obligar a magos y brujas a emitir facturas por sus servicios, a recaudar IVA y, consecuentemente, a pagar impuestos. La medida puede parecer de chiste pero no debemos olvidar el sarao que se montó en Rumania en las últimas elecciones presidenciales debido a las acusaciones mutuas de embrujamiento y mal de ojo que se lanzaron los candidatos (ver Actividad (política) paranormal del pasado 19 de enero).

Aunque pueda parecer obvio que cualquier trabajador, por paranormal que sea su actividad, debe responder a sus obligaciones fiscales, el Senado de Rumanía ha rechazado el proyecto legislativo de Popoviciu, quien lo ha defendido afirmado que muchos parlamentarios han tenido miedo de las maldiciones de las brujas (sic).

En estas circunstancias, una de las adivinadoras más famosas de Rumanía, Maria Câmpina (cuya imagen vemos en el salón de su casa, muy alejado de las imágenes lúgubres que nos vienen a la mente de las chozas de las hechiceras de los cuentos y las películas), ha declarado en la televisión que, al fin y al cabo, recaudar impuestos entre magos y brujas es muy difícil debido a las “caóticas” sumas de dinero que reciben.  

Desde luego, nadie podrá decir que Rumania es un país cuya política es insubstancial.

Escatología a la rumana (2)

Escatología a la rumana (2)

Hoy todas las televisiones de Rumania han retransmitido en directo la exhumación de los cadáveres del matrimonio Ceauşescu.

La versión oficial dice que, tras el juicio y la ejecución sumarios al que sometieron a la pareja dirigente rumana inmediatamente después de la Revolución de 1989, ésta fue rápidamente enterrada en el cementerio militar de Ghencea. Aunque el hastío hacia el sistema totalitario comunista se había hecho patente en las calles de las principales ciudades rumanas en aquellos días, el gobierno del FSN (Frente de Salvación Nacional), integrado principalmente por comunistas de segunda fila y repudiados debido a su actitud aperturista de corte gorbachovista, prefirió un entierro discreto para evitar aglomeraciones de nostálgicos en un acto público que podía resultarles incómodo y, sobre todo, contraproducente. Los cadáveres salieron de escena rápidamente y los dirigentes del FSN respiraron tranquilos.

En el año 2005, la hija de los Ceauşescu inició una batalla legal contra las autoridades  rumanas para comprobar si los restos de sus padres estaban en la tumba de Ghencea, sin embargo, murió en el intento. El relevo lo recogió su hermano, Valentín, y su marido, quienes han conseguido que la justicia dé la orden de exhumación.

A media mañana, todas las cadenas de televisión mostraban la tumba abierta, sesudos contertulios hablaban sobre si son galgos o podencos, los nostálgicos se indignaban a las puertas del cementerio y el yerno lloriqueaba públicamente, algunos afirmaban que habían visto huesos y restos de ropa con agujeros de bala, las imágenes de la Epoca de Aur y del juicio en Technicolor se sucedían, aparecían encuestas sobre lo bien o mal que se vivía entonces y ahora (por cierto, muy igualadas) y se lanzaban rocambolescas hipótesis sobre qué ocurrirá si los restos que han encontrado no son los de los tiranos (estoy seguro que, en ese caso, empezará una inacabable teoría de la conspiración y que la familia Ceauşescu aprovechará para ampliar su capital a base de solicitar daños y perjuicios al estado rumano).

Sea como fuere, yo me pregunto, ¿a quién demonios le importa dónde está enterrada semejante pareja de carcamales con la que está cayendo?

Pan y circo, aunque cada vez más de lo segundo y menos de lo primero.

La parálisis nacional

La parálisis nacional

Leía hace un rato en el periódico que el número creciente de recursos, los problemas con la documentación y el miedo de los funcionarios a la Comisión Nacional Anticorrupción, han llevado este año a la cancelación de tres cuartas partes de las ofertas públicas lanzadas a través del portal de Internet oficial de las administraciones rumanas.

Sólo en los 5 primeros meses de 2010, 15.000 licitaciones, por valor de unos 6.000 millones de euros, han sido canceladas. El  ministro de Comunicaciones ha atribuido esta situación al miedo de los empleados del ministerio a ser investigados por Anticorrupción. 

Es decir, en palabras del propio ministro, Rumania está paralizada por funcionarios que, temerosos de ser cazados en sus corruptelas, prefieren poner el freno al desarrollo del país a trabajar honrada y eficientemente con los recursos que les llegan principalmente desde la UE.

El gobierno se ha salvado pero, ¿y Rumania?

El gobierno se ha salvado pero, ¿y Rumania?

Así titula hoy el periódico Romania Libera su artículo de primera plana. Finalmente, la presión que ejercían los manifestantes frente a las puertas del Palacio del Parlamento fue insuficiente y la moción de censura no alcanzó los 236 votos necesarios para tumbar el Gobierno Boc. A pesar de su victoria, la situación de Boc es incómoda pues sólo 197 parlamentarios votaron a favor de su gobierno, lo que lo deja en minoría.

 

¿Qué ocurrirá ahora?

 

El gabinete tiene 13 días para aprobar las medidas de recorte pues el 28 de junio Bucarest recibe de nuevo a los representantes del FMI que traerán en la maleta 850 millones de € según el acuerdo firmado con el gobierno rumano en 2009. Si se han hecho los deberes, el dinero se quedará en Rumania, de lo contrario, el asunto quedará en el aire.

 

Por su parte, los socialistas han advertido que hoy mismo presentarán un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional rumano para evitar que se aprueben los recortes de los salarios de los funcionarios y de las pensiones. Si los jueces se pronuncian contra las medidas, el nuevo tramo del préstamo del FMI también quedaría en suspenso.

 

Sea como fuere, el leu empezó ayer una caída libre que continúa esta misma mañana pues la inestabilidad política no beneficia a nadie y mucho menos al pueblo rumano.

¡Al asalto!

¡Al asalto!

¡Se ha acabado la inactividad política!

 

En este preciso momento, unos 15.000 manifestantes (por turnos, pues difícilmente se puede aguantar mucho rato bajo el sol de justicia que cae sobre Bucarest) rodean el Parlamento rumano como medida de presión a los diputados para que voten a favor de la moción de censura contra el gobierno del Primer Ministro Boc y eviten así que se aprueben las drásticas medidas de recorte anunciadas en los salarios públicos y en las pensiones.

 

Entre los que se manifiestan hay jubilados (¡bravo, de nuevo!), sindicalistas, médicos, empleados de los ferrocarriles, funcionarios varios, etc. Hay muchos gendarmes rodeando también el edificio y sorprendentemente no han hecho uso de la fuerza para convencer a un pequeño grupo que quería entrar en el Parlamento al asalto.  

 

Para que la moción de censura se apruebe hacen falta 236 votos sobre un total de 471. Si se unen los votos de socialistas y liberales se alcanzarán los 212 votos, sin embargo, algunos miembros del partido en el gobierno y diputados de las minorías posiblemente votarán a favor de la moción, por tanto, la inestabilidad política está servida.

 

Cuando la crisis arrecia...

Cuando la crisis arrecia...

… regresan los viejos fantasmas y los nostálgicos dan un paso al frente.

Sobre el descontento

Sobre el descontento

Ha llegado el 31 de mayo y con él la temida huelga general, pero los autobuses y el metro funcionan, la gente camina hacia sus oficinas, los colegios están abiertos y todo parece igual que cualquier otro día. Por mi parte, escribo esto tomando un café mientras espero para la enésima reunión en el Ministerio, así que los castigados funcionarios también están en su sitio.

 

Basescu anunció hace días drásticos recortes sociales y en los salarios públicos, los sindicatos se revolvieron y anunciaron una paralización del país, sin embargo, nada parece haber ocurrido. No sé si les habrá entrado un ataque de pereza en el último momento o si habrán reflexionado sobre la utilidad de sus protestas, pero el tráfico está hoy tan imposible como siempre.

 

La economía rumana se encuentra en su peor momento desde la derrota del comunismo. El PIB se desplomó durante 2009 un 7,1 % y los datos del primer trimestre de 2010 apuntan a que hay que sumarle una caída adicional del 2,5 %.  Han disminuido el consumo interno, las exportaciones y la producción. La inversión extranjera también ha caído más de un 70 % respecto al año pasado y el problema es que, según coinciden los analistas, no hay ningún síntoma de recuperación a medio plazo.

 

Por su parte, el FMI sigue presionando al Gobierno Boc. Hace unas semanas pronosticó que el crecimiento rumano sería probablemente negativo durante todo este año y alertó de nuevo sobre el elevado déficit que puede poner en peligro el próximo tramo del préstamo que tiene que recibir Rumania para afrontar sus obligaciones financieras más inmediatas.

 

EL FMI cree que el recorte del 25% en los salarios públicos, del 15% en las pensiones y la reducción de cerca del 30% en el número de funcionarios son ya insuficientes (y todavía no se han puesto en práctica!), así que ha propuesto que adicionalmente se eleve el impuesto sobre la renta hasta el 20%, desde el actual 16%, y que se suba el IVA hasta el 25% desde el 19% que se soporta en estos momentos.

 

Leo en algunos periódicos españoles sobre el “descontento social” en Rumania pero no lo veo reflejado en la calle. No sé si es un deseo de los redactores o si imaginan que algo está pasando mientras escriben sentados en sus escritorios de Madrid o Barcelona, sin embargo, valdría la pena que se pasasen por aquí para comprobar la parálisis que aqueja al pueblo rumano ante semejante desastre e intentasen encontrarle una explicación.

 

Tráfico de ajos

Tráfico de ajos

Disculpe el lector de antemano mi apego a los tópicos pero comprenderá enseguida que la noticia vale su peso en oro: el Ministro de Finanzas del país que vio nacer a Drácula, Sebastian Vladescu, ha hecho saltar todas las alarmas al denunciar públicamente el tráfico ilegal de ajo a través de la frontera moldava.

 

Debe advertir quien me lee que, en nuestras circunstancias, aquéllos que vivimos en Rumania queramos estar bien surtidos de esta hortaliza bulbosa incluso a costa de saltarnos la ley vigente, pues sus efectos sobre los muertos vivientes chupadores de sangre está más que probado.

 

Parece ser que unos amables chinos envían ajo hasta Moldavia en cantidades industriales y allí, a través de la permeable frontera con Rumania, saltan los contrabandistas a nuestro territorio con dos o tres cajas por barba.

 

Los últimos desdichados a los que ha pillado la policía habían importado 10 toneladas, sin duda una cantidad suficiente para proteger centenares, ¡qué digo!, miles de inocentes yugulares. Pero ahora los ajos se marchitan custodiados en un almacén de Iasi así que el ciudadano rumano – y los que compartimos su tierra – nos olvidamos por momentos de la crisis ante el temor de una inesperada y violenta transfusión.