La Pascua en Bucovina: símbolos pascuales (y VIII)
Como he ido indicando en las entradas que he dedicado a la Pascua en Bucovina, su celebración está cargada de simbolismo cristiano trufado de alusiones paganas relacionadas con la actividad agrícola y ganadera (el sauce, la luz, la limpieza ritual, el número tres, etc.)
A pesar de todo, en este contexto, es necesario destacar cuatro símbolos que destacan por su especial importancia y su significado:
Huevo: como contenedor de la potencia germinal, que evolucionará hasta formas diferenciadas de vida, el huevo ha sido relacionado desde la Antigüedad con la fecundidad y, consiguientemente, con la regeneración y la resurrección. La tradición de los huevos de Pascua, de origen precristiano, es una reminiscencia de las ideas de regeneración periódica, coincidente con la primavera. Inicialmente, los huevos se pintaban exclusivamente de color rojo, tinte relacionado con la sangre de Cristo, aunque en la actualidad se emplean distintos colores.
En Bucovina, existe la ancestral tradición pascual, de origen ucraniano, de pintar los huevos con filigranas, temas y motivos diversos, dependiendo de cada comunidad, técnica principalmente femenina que se traslada de generación en generación entre los miembros de una misma familia.
Cordero: simboliza la perfecta pureza, la bondad sin mácula, por lo que se ha convertido en la víctima sacrificial por excelencia. Ambos antecedentes convirtieron al cordero en símbolo de Cristo, como suprema víctima, el Inocente que se ofrece al sacrificio en redención de las culpas del hombre. San Juan Bautista definió a Jesús como el “Cordero de Dios” y así pasó a la iconografía cristiana, especialmente cuando se quiere evitar la figura del Crucificado.
Pescado: es un símbolo acuático, de vida, fecundidad y sabiduría. El pez fue uno de los más antiguos símbolos del cristianismo y el mismo Cristo definió a los Apóstoles como “pescadores de hombres”. Junto a la unión con la figura de Cristo, el pescado simboliza el bautizo con agua, la vida y el alimento espiritual.
Cruz: símbolo total, intersección de la vertical con la horizontal. La adopción de este emblema por parte del cristianismo responde al sacrificio de Cristo pero, al mismo tiempo, constituye el motivo místico y visible de la unión del cielo y la tierra, centro de la historia de la salvación y, de algún modo, centro del mundo.