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Bucarestinos

La cruz de la promesa de los bebedores de Vama

La cruz de la promesa de los bebedores de Vama

Existe una curiosísima tradición, exclusiva de un puñado de localidades de Bucovina entre las que se encuentra Vama, según la cual un grupo de personas adictas al alcohol levantaba un monumento en forma de cruz (crucea de jurământ a bețivilor) como señal de promesa para abandonar su vicio.

En lugares montañosos como Vama, en los que durante el crudo invierno se alcanzan temperaturas inferiores a – 25 ºC, las bebidas alcohólicas pueden ser de gran ayuda para resistir los quehaceres diarios en el exterior, sin embargo, un consumo porfiado puede degenerar también en una peligrosa adicción de terribles consecuencias.

A finales del siglo XIX, ante los problemas sociales que causaba la bebida, se convirtió en una costumbre prometer ante un sacerdote, con la mano derecha sobre la Biblia, que durante un cierto período de tiempo, que podía alargarse de por vida, el borrachín no acercaría ni una gota de alcohol a sus labios. Mientras las campanas atronaban en todo el pueblo – en ocasiones acompañadas del sonido del tradicional bucium e incluso de algún tiro al aire -, el párroco formalizaba el acto con la lectura de unas oraciones especiales (molitfele) escritas por el obispo de Cesarea, San Basilio el Grande, que según la Iglesia Ortodoxa tienen poder exorcizador. Aunque pueda parecer exagerado, en los monasterios de Bucovina todavía hoy es fácil encontrar un pequeño opúsculo titulado Fugiti de sarpele betiei! (¡Huid de la serpiente de la bebida!), en el que se relaciona el vicio de beber con el mismísimo diablo. 

En ocasiones, con el fin de sellar su promesa y de servir de ejemplo a la comunidad, un grupo de borrachines levantaba una cruz en un lugar público de la localidad. En el jardín de la Iglesia de San Nicolás de Vama todavía se conserva una de estas cruces, monumento en piedra levantado en septiembre de 1894 cuando 20 parroquianos realizaron el correspondiente juramento ante el párroco Nicolae Lomicovschi, como “señal de abandono de la bebida” - concretamente de la țuica -, según el texto que acompaña a la cruz y en el que también pueden leerse los nombres de los 20 juramentados.

Tener una cruz de la promesa en Vama es un privilegio pues, en toda Bucovina, sólo se mantienen en pie cruces similares en Sadova y Vatra Dornei.

4 comentarios

Guille -

¡Pero qué buena idea! Yo quiero mi propia cruz. Prometo no beber durante cinco días si algún otro borrachín cofinancia la cruz.

Luis. -

Desde la distancia y la ignorancia: Ya que se levantan cruces para el bebercio, ¿no se levantan para el comercio o el fornicio? Porque con el frío del invierno, en fin... No sigo, que hay niños.

Javi Osorio -

Pues Vama sigue siendo un lugar de begurcio y perdición, en el que la chuica impone su ley. ¡Qué sería del pueblo si no estuviese esa cruz!

Aba Inma -

Pero ¿cumplieron su promesa????