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La Pascua en Bucovina: La casa (II)

La Pascua en Bucovina: La casa (II)

Los momentos más importantes en la vida de un campesino de Bucovina están siempre relacionados con su hogar y con la iglesia, estructuras con sus propias funciones domésticas y espirituales. El bautizo de un recién nacido se realiza en la iglesia y la ceremonia continúa con una celebración en casa, donde todos los invitados beben, comen y ofrecen regalos al niño y a la madre. Algo parecido ocurre tras el fallecimiento de un vecino, cuando la familia regresa a su hogar para recibir y agasajar a aquellos que han ido a despedir al difunto. Las bodas se inician siempre en casa de la novia, donde el novio pide permiso a los padres para llevarla al altar, hasta donde son acompañados por una procesión de familiares y amigos que, tras la liturgia, se trasladarán a la casa de los padres del novio para el banquete nupcial.

La Pascua no es ajena a estos dos escenarios, en los que se desarrollarán la mayor parte de actividades relacionadas con su celebración. La típica granja de Bucovina generalmente incluye la casa principal frente a una gran puerta de madera donde habita la familia, un edificio menor donde suelen vivir los abuelos, un establo, un pajar, un cobertizo para los aperos, un pozo y una pequeña perrera.

La casa principal tradicional, de planta rectangular, suele estar articulada alrededor de la cocina, corazón del hogar que contiene la soba (cocina u hornillo de grandes dimensiones, normalmente decorado con azulejos de terracota, que sirve para cocinar los alimentos y para calentar la estancia) y donde la familia principalmente se relaciona, tiene un par habitaciones grandes – una para los padres y otra para los hijos pequeños - separadas por un discreto recibidor que incluye una pequeña despensa y, si cabe, las escaleras al piso superior.  Muchas casas tienen un porche abierto de tablones de madera, de influencia austriaca, que las rodea por tres o cuatro costados y que suele estar decorado con flores u hojas de parra trepadoras. Una serie de columnas, muchas veces esculpidas con motivos zoomórficos y antropomórficos, sostienen el alero de una techumbre muy empinada, hecha de tejas de madera, en la que suelen abrirse pequeñas ventanas con forma ocular que le dan un aspecto muy característico.  

En esta arquitectura es posible rastrear la memoria popular en multitud de símbolos que revelan huellas remotas, originadas en diversas realidades sociales, étnicas y psicológicas que han conformado el carácter y las tradiciones de la actual sociedad agraria bucovineana. Estas construcciones ponen en evidencia una forma de construir íntimamente ligada a creencias y prácticas colectivas asociadas a actividades agrícolas, ganaderas y artesanales, adaptadas así tanto al medio físico en que se ubican como a la actividad desarrollada por sus habitantes. Por otro lado, el uso en su construcción de materiales como la madera, la piedra, la tierra o la cal evidencia la concepción telúrica de esta arquitectura, expresión viviente del pasado, cargada de significado y profundamente respetuosa con su entorno.

1 comentario

Luis. -

¡Bravo! Muy bien explicado.