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Bucarestinos

Reflexiones

Nacer en Rumania

Nacer en Rumania

Debo empezar este post admitiendo que el sistema sanitario rumano tiene muchas y buenas excepciones y que hay médicos que se comportan según el código deontológico más estricto, sin embargo, para desgracia de las madres rumanas, el proceso de dar a luz hoy en Rumania es un auténtico despropósito.

 

Lógicamente, tras la buena nueva de un embarazo y los regocijos correspondientes, lo primero que hace la futura madre es contactar con un médico de familia. Puede ir recomendada – la mejor y la más barata de las opciones – o a pelo, en cuyo caso deberá inaugurar la relación con su doctor con el conveniente regalo, en metálico o en forma de materia prima; de no cumplir con esta tradición, lo más probable es que el médico la trate con cara de perro durante toda la gestación, la haga esperar hasta tratar al último paciente del día de visita, le dedique apenas unos minutos, etc. También puede ocurrir que el médico, a pesar de estar encuadrado en la Seguridad Social Rumana, la transfiera a su consulta particular con peregrinas excusas, de forma que la sufrida madre deberá abonar todas las visitas (25 €), ecografías (100 €) y pruebas varias (que pueden alcanzar precios superiores a los 150 €).

 

Llegado el día del nacimiento, la parturienta no sólo deberá haber pensado en su ajuar y en la canastilla, sino también deberá ir bien pertrechada de gasas, vendas, hilo esterilizado, guantes, jabón, pinzas hemostáticas, tijeras, jeringas, agujas esterilizadas, medicinas varias y, sobre todo, anestesia pues de no llevarla nadie le surtirá de ella (de hecho, sé de un caso en el que aunque una madre se ofreció a darle parte de su anestesia a otra que estaba sufriendo en la sala de preparto, la enfermera no lo aceptó y dejó a la pobre desdichada allí gritando como alma que lleva el diablo). Al margen de todo esto, el coste del parto en un hospital público rumano es de unos 600 € si todo va bien – cantidad que se da de tapadillo al médico – y de unos 700 € si hay que hacer una cesárea de urgencia. Una vez el bebé está junto a la madre, alguien deberá proveerlos de comida pues las raciones suelen ser escasas o simplemente inexistentes.

 

Finalmente cabe recordar, como corolario, que con este panorama hospitalario el último ministro de Sanidad acudía diariamente al Ministerio con su flamante Ferrari rojo.

Encuesta sobre actividades (políticas) paranormales

Encuesta sobre actividades (políticas) paranormales

Hace unos días preguntaba a los sufridos lectores de este blog su opinión sobre el ataque parapsicológico sufrido por el candidato socialista, Mircea Geoana, durante las últimas elecciones a la Presidencia de Rumania.

 

Un 57,1 % de los encuestados no sólo confirman el ataque sino que incluso vieron un ectoplasma rondar la corbata del Sr. Geoana. Un 14,3 % duda del ataque, sin embargo, sospecha que entre la cantidad de fantasmas que pueblan estas tierras (la mayoría motorizados con caros vehículos todoterreno y con la actitud de autosuficiencia que suele dar el despojar el presupuesto del Estado que debería ir destinado a mejorar la vida de sus conciudadanos), quizás alguno pudo echarle el mal de ojo al pobre aspirante. Finalmente, un 28,6 % de los lectores son escépticos y no creen en fantasmas, en el poder de la mente ni en otras monsergas, aunque se felicitan por la excusa e incluso algunos me han comentado en mensajes privados que piensan emplearla cuando sea menester.

 

 

Postales navideñas: una tradición en decadencia

Postales navideñas: una tradición en decadencia

Correos ha confirmado que en los últimos cuatro años se ha reducido en un 80 % el envío de tarjetas navideñas destinadas a familiares y amigos. Curiosamente, sólo las empresas mantienen la costumbre de felicitar así a sus clientes y proveedores.

 

Las postales han cedido terreno a los cutres e impersonales mensajes de teléfono móvil. Sinceramente, pocas cosas me dan más rabia que un mensaje en el móvil con una felicitación preescrita por alguien tan poco gracioso como original, con chascarrillos absurdos sobre los Reyes Magos o Papá Noel.

 

Por mi parte, un año más he contribuido a mantener esta bonita práctica y voy a seguir haciéndolo pues creo que la alegría de recibir una postal de Navidad personalizada y manuscrita bien vale el esfuerzo de pensar una buena dedicatoria y de escribirla.

 

Muchas gracias a los que también habéis hecho el esfuerzo, cada vez más inusual, de acercaros a un papel, tomar un bolígrafo y pensar unas líneas dedicadas. 

 

Particularidad nacional

Particularidad nacional

“La particularidad nacional existe, sin duda ninguna. En el arte, consiste en la agrupación de todos los lugares comunes. El grado de particularidad indica a la vez el grado de mediocridad. Por eso, crear significa siempre rebasar esa particularidad. Un artista es él mismo o no es nada. Pero ser él mismo significa vivir sus verdades, sufrir con sus experiencias, inventar su estilo. Todo ello sólo se realiza renunciando a la facilidad, y la más funesta de las facilidades la constituyen los llamados valores específicos que se forman por sedimentación de la mediocridad colectiva y que uno se los encuentra ya hechos, sin esfuerzo alguno por su parte. En definitiva, la particularidad nacional es lo que queda de una cultura después de haber suprimido el esfuerzo personal de pensar, las vivencias individuales y los logros de la soledad creadora. Eso es.”

 

Mihail Sebastian

Desde hace dos mil años

Ensimismamiento

Ensimismamiento

Decía Sócrates en el siglo V a.C.: “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.

 

A parte del desconcertante detalle del cruce de piernas, el asunto sigue trayendo cola hoy en día. Pero aunque el problema es viejo, algo ha cambiado desde que Sócrates formuló esta afirmación (alguien la copiaría más tarde, quizás Platón, pues Sócrates no dejó nada escrito), ya que nunca como hoy en la historia de la Humanidad el acceso a la información había sido más fácil y generalizado (o globalizado, como gusta ahora decir).

 

Entrar en la Biblioteca de Alejandría, aquella que ardió probablemente en el siglo III, debía resultar apabullante para sus contemporáneos. En aquél momento, sólo algunos tenían acceso a la cultura y el desafío del saber era motivo suficiente para superar sus angustias y sumergirse en la lectura y la investigación. Hoy tenemos una inmensa Biblioteca de Alejandría de alcance universal, lo que nos convierte en seres con un potencial infinito y una responsabilidad absoluta sobre su explotación, es decir, somos los únicos responsables de nuestra ignorancia. En Occidente no hay excusas económicas o sociales para ser un imbécil. Lo eres porque deseas serlo. Dice Fernando Savater que la sociedad es frecuentemente sublime pero que la masa es siempre abyecta. Hay que dejar a un lado el paternalismo y admitir que la masa es abyecta porque se recrea en su estulticia y renuncia al esfuerzo de aprender.

 

Al contrario de lo que a primera vista podría parecer, Internet nos obliga a ser más exigentes con nosotros mismos pues toda la información que ofrece requiere el filtro de la Razón o la aplicación de un criterio claro para separar el trigo de la paja (lo mismo podría decirse de la televisión, la radio o los periódicos, aunque he preferido referirme a Internet por ser la herramienta de información preferida por la gente más joven). Desgraciadamente, la imbecilidad generalizada ha renunciado al indispensable filtro, lo que la convierte en cómoda víctima de teorías de la conspiración y absurdas creencias.

 

La ignorancia y el ensimismamiento (gracias, Guille, por introducir este concepto para definir este gran mal que nos aqueja) son hoy más delictivos que antes pues constituyen una postura deliberada de individuo.

De cretinos

De cretinos

La clase política de este país es absolutamente rocambolesca y destacar es tarea complicada, sin embargo, el alcalde de Constanza, el Sr. Radu Mazăre, sin duda se ha proclamado el más imbécil de los políticos rumanos.

 

Para los que lo desconozcáis, Constanza es una ciudad costera con uno de los puertos más importantes del Mar Negro en la que viven 300.000 habitantes, es decir, que no es ningún pueblucho perdido de la mano de Dios. Radu Mazăre es su alcalde, miembro del Partido Socialdemócrata o Partido Socialista y la mantiene en un lamentable estado de postración y abandono imperdonable.

 

Entre las actividades veraniegas que se organizan en la costa, hace unos días se celebró una pasarela de moda en Mamaia, la zona de playa de la ciudad. Allí que se fue el Sr. Mazăre y no se le ocurrió nada mejor que desfilar vestido de soldado de la Wehrmacht (con cruz gamada incluida, por pequeñita que fuese, según sus propias palabras). Para justificarse defendió la elegancia del uniforme nazi y expresó su admiración por la organización rigurosa y la disciplina del ejército alemán de entonces.

 

Hace falta ser cretino para actuar así y además tratar de justificarse con semejantes argumentos, sin embargo, en un país donde un descerebrado de este calibre puede hacer semejante exhibición o donde un ministro de Sanidad va a trabajar en su Ferrari, ambos sin consecuencias, todo será posible mientras el pueblo rumano no les pida explicaciones, cosa poco probable mientras su mayor preocupación sea pasar la tarde en el Mall.

 

Resultados electorales

Resultados electorales

Dejaré de lado que la participación en Rumania no ha llegado al 28 %. Obviaré que los socialistas (PSD) y los demócrata-cristianos (PD-L) han quedado empatados o que los liberales (PNL) no han cosechado entre los desaciertos del gobierno de coalición. Pero lo que no puedo dejar de comentar es el espectáculo de Elena Basescu, la niñita de papá.

 

Sin ningún tipo de programa y por su cara bonita, ha obtenido un 3,5 % de los votos, por lo tanto, ya tiene su asiento en Bruselas. La jugada le ha salido de muerte. Como no podía ir primera en las listas del PD-L, la elementa se inventa un partido y la pandi de turno va y le da un escaño en Bruselas. ¿Qué tipo de Democracia es esta en la que una niñata medio analfabeta, sólo por que le han salido bien las cirugías estéticas, ha obtenido un escaño en el Parlamento Europeo?

 

Para más INRI, obtenido el jugoso puesto, ha ido directa a la sede central del partido de papi a recoger su nuevo carné del PD-L, con el Sr. Presidente de la nación babeando a sus espaldas y el Primer Ministro, Emil Boc, recibiéndola en las escaleras de entrada al edificio. Vuelves a una casa de la que nunca has salido, le ha dicho el gacho ¡Qué vergüenza de país!

 

Para empeorar las cosas, el fascistoide Vadim Tudor y el payaso Gigi Becali también tienen sus puestos asegurados en Bruselas. Todo un despropósito.

Elecciones europeas

Elecciones europeas

Se acercan las elecciones europeas y Bucarest se ha llenado de carteles electorales más o menos afortunados.

 

Evidentemente, se presentan los partidos de siempre: liberales (PNL), demócrata-cristianos (PD-L), socialistas (PSD), etc., sin embargo, como ocurre en otros países de Europa, parece que es el momento de presentar también a los frikies de la política.

 

Entre los partidos tradicionales, cabe destacar el eslogan empleado por los liberales de Crin Antonescu (por no hablar de la foto de campaña, un grupo de gente situada en diferentes planos, pegados todos con PhotoShop, ¿tanto trabajan que no pueden ni juntarse para la foto?): Bani pentru români. Bani europeni (Dinero para los rumanos. Dinero europeo). No haré más comentarios, el texto lo dice todo, sin embargo, me parece curioso que en Cluj, por ejemplo, el PD-L utilice un eslogan similar (Bani pentru Cluj. Bani europeni). Vamos, que todos tienen puesto el ojo en las arcas de Bruselas.

 

Sin dejar el PD-L, mención aparte merece el Sr. Theodor Stolojan. Tras las elecciones generales de noviembre de 2008, este buen señor fue designado primer ministro por el presidente Traian Basescu pero sólo duró en su cargo cinco días pues dimitió para sorpresa de todos. Ya había hecho algo parecido en 2004 a causa de ciertos problemas salud (nerviosos, según las malas lenguas), aunque parece que los aires de Bruselas y, sobre todo, las jugosas dietas, lo han animado a volver al ruedo político. En el cartel electoral sale en mangas de camisa, con un puñado de tierra en las manos y un campo de fondo preparado para ser sembrado, todo muy bucólico y pastoril.

 

Vamos ahora a por los frikies. En segunda posición, Elena Basescu, la hija del presidente Traian Basescu y candidata por el EBA. Licenciada en Económicas y con un Máster en Políticas (bien, eso dice ella), es una habitual de la noche bucarestina y ha hecho sus pinitos en las pasarelas. Es lícito reconocer que está como el queso (por eso ilustra este post), pero también cabe decir que no tiene programa alguno y sólo hay que consultar su web de campaña para comprobarlo (www.ebasescu.com). Se pasea por Bucarest rodeada de otras modelos, repartiendo folletos del EBA y haciéndose fotos con los más salidos del lugar.

 

En primera posición, sin duda, el PRM (Partidul România Mare) o Partido de la Gran Rumania, un partido de tendencias ultranacionalistas (si, chico, ni aquí nos libramos de eso…) encabezado ahora por Gigi Becali, el Jesús Gil rumano, y por Corneliu Vadim Tudor, un populista xenófobo y ultraderechista, aunque antiguo incondicional de Ceauşescu. Su lema: Una pareja de cristianos y patriotas que expulsarán a los ladrones de Rumania. Ni más ni menos.

 

Por nuestra parte, el pasado domingo María y yo nos acercamos a la Embajada de España para votar. Por suerte, no teníamos que elegir entre ninguno de éstos. Y quien no se consuela es porque no quiere.

Fanta Shokata

Fanta Shokata

¡Soy adicto a la Fanta Shokata!

 

Lo reconozco. La probé hace algunos años, en uno de nuestros viajes de verano a Rumania y me gustó tanto que incluso me llevé tres botellas de dos litros a España, para ir bebiéndolas en ocasiones señaladas.

 

La Fanta Shokata es una de las 70 variedades mundiales de Fanta. En Rumania, pero también en otros países balcánicos, se vende esta modalidad de refresco, basado en una bebida tradicional llamada socată, hecha por fermentación de flores de saúco en limonada.

090509_Sambicus nigra por ti.

La socată  casera se prepara mezclando en un gran recipiente  unos 170g de flores secas de saúco, el jugo de 3 limones y su piel, 2,5 kilos de azúcar y 10 litros de agua. La mezcla debe fermentar durante 4 ó 5 días a temperatura ambiente, normalmente en un lugar fresco y seco como un sótano.

 

El misterio de los grifos rumanos

El misterio de los grifos rumanos

Cuando uno se enfrenta a un grifo, independientemente del lugar del Planeta en el que se encuentre, escoge girar el órgano de maniobra (que así se llama), de acuerdo con sus deseos, hacia dónde se sitúe la marca indicativa de la temperatura del agua: azul para la fría y roja para la caliente, sin embargo, en Rumania el resultado final suele ser el inverso al anhelado.

 

Con el despiste propio del sueño matutino y confiado, uno entra en la ducha de un hotel y gira el órgano de maniobra hacia la señal que indica el agua caliente, congelándose instantáneamente y saltando fuera del plato de la ducha cual si de una gacela Thompson acosada por hienas hambrientas en pleno Serengeti se tratase.

 

Poco antes de iniciar una comida de negocios, uno se disculpa y se levanta educadamente de la mesa para lavarse las manos antes de comer. Incauto y con cierta prisa, gira el órgano de maniobra hacia la señal que indica el agua fría, abrasándose instantáneamente las palmas como si hubiese tocado las brasas de cualquier hoguera de San Juan.

 

A quienes viajéis a Rumania permitidme una recomendación: girad siempre el órgano de maniobra en el sentido contrario al que indican las señales azul y roja del grifo, acertaréis más que si lo hacéis de acuerdo con el sentido común.

Gas

Gas

Muchos me han preguntado por las consecuencias que en Rumania tiene la crisis del gas entre Rusia y Ucrania. Rumania es un país productor de gas, de hecho, produce más del 60 % del gas que consume, sin embargo, casi el 40 % restante lo importa exclusivamente de la Federación Rusa vía Ucrania, lo que la hace relativamente vulnerable a los caprichos del Kremlin (como, por ejemplo, forzarla a pagar el metro cúbico de gas un 20 % más caro que la media europea). Como se espera que el volumen de gas importado se triplique en los próximos años, Rumania está haciendo un esfuerzo para la diversificación de sus fuentes energéticas, reflejo de lo cual es su participación desde 2007 en el proyecto Nabucco.

 

El proyecto Nabucco prevé la construcción de gasoductos desde la zona del mar Caspio hasta Europa occidental, como alternativa al gas importado por el gasoducto Druzhba, controlado por Rusia. Nabucco, al que los rusos se oponen con soterrada violencia (véase sus acciones en Georgia o Ucrania, vecinas díscolas según Moscú), transportará el gas desde Azerbaiyán, y quizás también desde Irán y Turkmenistán, hasta Europa a través de Georgia, Turquía, Bulgaria, Rumania, Hungría y Austria.

 

Tras un intercambio de acusaciones entre las autoridades rusas y ucranianas, el pasado 7 de enero Rumania dejó de recibir gas ruso, sin embargo, la población no se está viendo afectada por el embargo. Sólo la gran industria, consumidora del 32 % del gas natural, ha visto recortado el suministro de esta materia prima y, por tanto, ha visto afectada su producción.

 

Aunque hace unos días se decretó el Estado de Urgencia, el gobierno confirma que Rumania tiene reservas para dos o tres meses, lo que prácticamente nos sitúa fuera del invierno.

 

Combinat

Combinat

Rumania está trufada de los deprimentes restos del mito soviético de la producción industrial a gran escala, los llamados combinat, hoy ruinas de sobredimensionadas unidades industriales que se caen a pedazos en medio de la nada, o junto a vías muertas de ferrocarril, o frente a decadentes villas nacidas al albor de una promesa industrial, ahora liquidada.

 

Es paradójico que estos testigos de la arqueología industrial, ahora totalmente destruidos, hayan sido producto del mismo ánimo rapaz del pueblo que hace años destruyó los castillos medievales, símbolo entonces de la grandeza aristocrática. Tras la Revolución de 1989, estas inmensas, ineficientes y contaminantes fábricas fueron abandonadas, simplemente se cerraron y su personal fue despedido. Con la caída del bloque soviético ya no había a quien vender. Los obreros se fueron y las puertas se cerraron.

 

Día a día veían como aquellos armatostes se deterioraban tanto como su propia situación económica, así que un día, alguno más desesperado que otro, saltó la valla y se llevó el material de alguna oficina, quizás los muebles. Posiblemente volvió acompañado al día siguiente y se llevó el marco de alguna ventana pues en su casa hacía frío. Poco a poco se abrió la veda y el lugar que antaño los vio trabajar, acogió entonces a los antiguos obreros para ofrecerles su propia piel.

 

El resultado es un lugar fantasmagórico, vacío, indefenso, desprovisto de toda humanidad (si es que alguna vez la tuvo), lleno de basura y recuerdos de una época en la que, al menos, todos tenían un lugar donde ir a trabajar.

Cioran

Cioran

Nunca os he hablado de Emil Cioran, uno de los filósofos más lúgubre de la historia del Nihilismo. Cioran era rumano, estaba fuertemente influido por Nietzsche y Schopenhauer y, aunque a veces cueste, vale mucho la pena leerlo.

 

Como introducción de un libro sobre la transición a la democracia en Rumania, leí hace unos días la siguiente frase de Cioran, escrita en 1936:

 

Mi país, se me aparecía como un resumen de la nada, o una materialización de lo inconcebible, como una especie de España sin Siglo de Oro, sin conquistas ni locuras, y sin un Don Quijote de nuestras amarguras. Formar parte de él, ¡qué lección de humillación y de sarcasmo!

 

Recomiendo su libro de aforismos, Breviario de podredumbre, una obra dura, desgarradora, no apta para todos los públicos ni para todas las ocasiones, en palabras de Savater, un libro que refleja “… lo que todo hombre piensa en un momento de su vida, al menos en uno, cuando reflexiona sobre las Grandes Voces que sustentan y posibilitan su existencia.

Rusia es culpable

Rusia es culpable

Leo que Georgia se defiende de un ataque ruso mientras intenta asegurar su integridad territorial amenazada por una situación envenenada que le dejó, precisamente, su más ilustre ciudadano, el camarada Josef Stalin. Georgia sale derrotada y Rusia no tarda en reconocer dos nuevos estados: Abjasia y Osetia del Sur. Los periódicos en España han olvidado ya el tema, no hay aldeas ardiendo ni muertos en las cunetas pero en el Caucaso sigue muriendo gente y Rusia, la Rusia imperial, ha triunfado.

 

Leo en un País atrasado (aquí sólo llega prensa española atrasada) que el último premio Kandinsky, el principal premio de arte moderno de Rusia, lo ha ganado el pintor ultranacionalista y miembro del reaccionario partido Euroasia, Alexey Belyáev-Gintovt. Recibiendo el premio a su obra inspirada en el arte soviético, el artista gritó: “Rusia es eterna”. Pienso en las llamas de Georgia y que ahora le toca a Ucrania, pues Rusia no renunciará a Crimea y ahora se siente fuerte. Pronto oiremos hablar de Sevastopol, muy pronto. Antes de cerrar El País, veo una foto en la que cientos de personas miran curiosos desde El Malecón de la Habana al destructor antisubmarino Almirante Chabanenko. La Armada rusa regresa a Cuba 20 años después de la desaparición de la Unión Soviética.

 

Ahora disfruto de Dilema Veche, uno de los periódicos de referencia entre la intelectualidad rumana. Habla de la República de Moldavia y dice que en la última encuesta del gobierno moldavo, el político con mayor credibilidad para los ciudadanos de la antigua Besarabia rumana es Putin (con un 77 %), seguido de Dimitrii Medvedev (con un 61,1%). El presidente de Moldavia, Vladimir Voronin, sólo tiene credibilidad para un 46,8 % de los encuestados. Me asombran estos resultados, sobre todo considerando que en la Transniestria separatista, algunos de los antiguos soldados del XIV Ejército Ruso, hasta hace muy poco amenazaban e incluso asesinaban a sus conciudadanos de origen rumano simplemente por defender que se enseñe esta lengua en las escuelas de Tiraspol.

 

El diario Izvestia publicó el pasado 21 de noviembre que el ex primer ministro checo, Milos Zeman, propuso durante una conferencia en Viena que, si la Unión Europea no podía constituirse como un contrapoder a Estados Unidos, más le valía integrase en la Federación Rusa. Rusia todavía tiene serios apoyos en el corazón de Europa.

 

Paseando por Bucarest veo la bandera de la OTAN ondear hasta en la sede de la Liga Rumana de Fútbol y entiendo que todavía hay miedo a Rusia, mucho miedo.

 

Y ahora echo un vistazo a la prensa española, ésa que está al día en Internet, y me revuelve el estómago ver cómo el gobierno habla de mantenerse al margen en la operación que Lukoil quiere hacer con Repsol afirmando que se trata de un trato entre dos empresas privadas. Putin y su camarilla se frota las manos ante un gobierno tan cándido. Rusia es una autocracia y como tal, será una de las protagonistas del futuro conflicto que asolará el siglo XXI, el que tendrá lugar entre la Democracia y autocracia. Por el momento, la democracia pierde.

 

Triste anécdota es que el nuevo coordinador de Izquierda Unida sea un dirigente del Partido Comunista Español, alguien que debería esconderse bajo la losa de la Historia. Y es que no aprendemos 

Los últimos segundos de un régimen

Pocas veces en la Historia es posible determinar con tanta precisión los últimos momentos, el segundo de última agonía de un régimen, como en el vídeo del postrero discurso de Ceaceşcu en Bucarest.

 

Tras asesinar a varios estudiantes en Timişoara durante una protesta por la detención de un obispo crítico con el régimen, Ceauceşcu montó una manifestación de apoyo a la dictadura en la capital y precisamente cuando empezó a agradecer a los organizadores su entusiasta y espontánea demostración, se alzó un grito de lo más profundo de las gargantas del pueblo rumano, un grito que, por su gesto, aterrorizó al dictador y le convenció de que había llegado su final.

 

Pocos días después, el día de Navidad de 1989, no sin antes repetir la carnicería de Timişoara, Ceauceşcu y su esposa Elena murieron fusilados en Târgovişte.

Obama

Obama

A propósito de Obama, leo de Thomas Friedman en The New York Times que “la parte de su oratoria política que más aplausos ha provocado era la que decía que todo y toda estadounidense tendrá la oportunidad de asistir a la universidad siempre que realice un período de servicio nacional: en el Ejército, en el Cuerpo de paz o en la comunidad”.

 

Mientras estudiaba la carrera de Historia y a raíz del estudio de la agogé espartana, se me ocurrió iniciar un debate con mis compañeros, que yo esperaba elevado intelectualmente, sobre la conveniencia de que las democracias occidentales recuperasen el valor de los derechos ciudadanos a través de la asunción de ciertos deberes (léase prestación de servicios a la comunidad, especialmente a ancianos e inmigrantes, servicio militar, etc.). No tardó en salir la palabra “fascista”, la eterna y facilota desautorización del oponente y el debate llegó a un callejón sin salida.

 

Me pregunto qué dirán hoy mis interlocutores sobre la victoria Barak Obama, aunque creo que no me equivoco al pensar que estarán dando palmas con las orejas de pura alegría.

 

Por mi parte, entenderéis que me alegre de cómo concibe la relación entre derechos y deberes en la sociedad americana que desea (re)construir el nuevo presidente de Estados Unidos. Los aplausos de los americanos son un reflejo de su necesidad de volver a formar parte de una causa mayor que ellos mismos. Ellos sabrán estar a la altura, ¿y Europa?

El simple acto de pedir hora en el médico (en Rumania)

El simple acto de pedir hora en el médico (en Rumania)

Hoy he tenido de nuevo una de esas conversaciones marcianas que existen sólo en éste, nuestro particular Paraíso Floston:

 

-         Buenas tardes, tengo hora reservada con el doctor Ioan Fodor para el próximo día 24 a las 12.15 y desearía cambiarla de día.

-         Inmediat! – eterna respuesta rumana que siempre debe hacerte temer lo peor - ¿para cuando desea la visita?

-         Para más adelante

-         Inmediat!

Silencio al otro lado de la línea, se oye a alguien teclear, exprimirse la mollera…

-         Tengo hora para el día 24

-         Mmmmm, le he dicho que el 24 no puedo.

-         Sólo tengo hora para el día 24

-         Ya, ¿no puede ser el 25?

-         No

-         ¿Para cuándo tiene hora?

-         No puedo decírselo

-         Pero, ¿qué ocurre, el doctor ya no visitará más?

-         Sí visitará, pero no puedo decirle cuándo.

-         ¿Y en diciembre?

-         Sí, en diciembre sí

-         Pero, ¿qué día?

-         Sólo podré decírselo a partir del 21 de noviembre. Vuelva a llamar entonces.

-         Bien, gracias. Adiós

 

Es decir, que en Rumania no entienden lo que es economizar el lenguaje. Este es un buen ejemplo de cómo funciona todo aquí, desde pedir cita en el médico hasta escoger un plato en un restaurante o pedirle a tu secretaria que envíe una carta, todo es lento, tedioso, inusualmente difícil…

Miradas transilvanas

Miradas transilvanas

Volando hacia Cluj desde la capital, por la ventanilla del avión, es fácil comprobar cómo los Cárpatos separan el territorio de Valaquia, donde se encuentra anclada Bucarest, de la gran llanura húngaro-rumana, en la que se encuentra Cluj (sólo desde 1918, tras la Primera Guerra Mundial, la ciudad se encuentra en territorio rumano).

 

Las montañas conforman algo más que una frontera física, trazan una frontera cultural e incluso moral entre la herencia ilustrada austrohúngara y la despótica otomana, un nuevo limes entre la Roma occidental y la Oriental, Europa frente a Asia.

Un país sin preguntas

Un país sin preguntas

He pasado de nuevo un par de días en Cluj, en viaje de negocios, sin embargo, lejos de comentar sobre el modernismo transilvano (cosa que haré en otro post), me gustaría reflexionar sobre algo que me ocurrió ayer.

 

Dejando ya el hotel, camino del aeropuerto, me topé en la recepción con un cartel que anunciaba para el día siguiente el “VI Simposium Internacional de Eficiencia Energética”. Un grupo de mujeres preparaba en una gran mesa la documentación, las credenciales, etc, así que decidí acercarme e inocentemente preguntar si alguien podía informarme sobre el evento. Por respuesta sólo obtuve un conjunto de miradas de desconfianza y casi pánico.

 

Nadie decía nada y ante mi insistencia, tímidamente, una me preguntó que para qué quería esa información. “Para participar”, respondí. “¿Está usted invitado?”, logró balbucir amedrentada la azafata. “No, sólo quiero saber el contenido del programa” Y su respuesta fue: “No puedo dárselo”. Solicité de nuevo cualquier información, algo que me permitiese valorar si valía la pena participar en el evento, pero sólo conseguí respuestas esquivas. Finalmente, desistí y me marché.

 

Casualmente, ya en el avión, leyendo su libro sobre la Unión Soviética, Ryszard Kapuscinski afirma que en aquél entonces “la mera entonación de una frase que expresaba el deseo de enterarse de algo anunciaba peligro, podía presagiar malos augurios”. Al final del mismo párrafo sentencia: “La civilización que no hace preguntas, que coloca fuera de su marco el mundo de la inquietud, del criticismo y de la búsqueda, es una civilización paralizada, estancada, inerte”.

 

A Rumania todavía le queda mucha caspa comunista que quitarse de la solapa.

 

Vivir como un español

Vivir como un español

Mientras esperas a la salida de tu avión en el aeropuerto de Henri Coanda, unas televisiones te ofrecen imágenes de los más sugerentes sobre viajes y promociones inmobiliarias. Una de ellas, Gran Residencia 2, se construirá próximamente en Otopeni y su principal reclamo dice: Viva como un español.

 

Cuando lo vi por primera vez, simplemente me hizo gracia pensar que España es un referente de vida para los rumanos, sin embargo, las declaraciones del primer ministro de Rumania, Calin Popescu Tariceanu, en las que afirmaba que Rumania aspira a convertirse en la España de los Balcanes me han llenado de orgullo patrio. ¡España es un ejemplo para Rumania y no sólo en lo que a promociones inmobiliarias se refiere!