Postales navideñas: una tradición en decadencia
Correos ha confirmado que en los últimos cuatro años se ha reducido en un 80 % el envío de tarjetas navideñas destinadas a familiares y amigos. Curiosamente, sólo las empresas mantienen la costumbre de felicitar así a sus clientes y proveedores.
Las postales han cedido terreno a los cutres e impersonales mensajes de teléfono móvil. Sinceramente, pocas cosas me dan más rabia que un mensaje en el móvil con una felicitación preescrita por alguien tan poco gracioso como original, con chascarrillos absurdos sobre los Reyes Magos o Papá Noel.
Por mi parte, un año más he contribuido a mantener esta bonita práctica y voy a seguir haciéndolo pues creo que la alegría de recibir una postal de Navidad personalizada y manuscrita bien vale el esfuerzo de pensar una buena dedicatoria y de escribirla.
Muchas gracias a los que también habéis hecho el esfuerzo, cada vez más inusual, de acercaros a un papel, tomar un bolígrafo y pensar unas líneas dedicadas.
1 comentario
Marian -
Yo también soy de las personas a las que les gusta enviar y recibir felicitaciones, cada día llego a casa con la ilusión de encontrar una en mi buzón, aunque no es así, y un año más me digo a mi misma (ya no enviare más), pero conforme se van acercando las fechas mi instinto me lleva a pensar en mis amigos y siguiendo con la tradición enviarles una Felicitación de Navidad.