El misterio de los grifos rumanos
Cuando uno se enfrenta a un grifo, independientemente del lugar del Planeta en el que se encuentre, escoge girar el órgano de maniobra (que así se llama), de acuerdo con sus deseos, hacia dónde se sitúe la marca indicativa de la temperatura del agua: azul para la fría y roja para la caliente, sin embargo, en Rumania el resultado final suele ser el inverso al anhelado.
Con el despiste propio del sueño matutino y confiado, uno entra en la ducha de un hotel y gira el órgano de maniobra hacia la señal que indica el agua caliente, congelándose instantáneamente y saltando fuera del plato de la ducha cual si de una gacela Thompson acosada por hienas hambrientas en pleno Serengeti se tratase.
Poco antes de iniciar una comida de negocios, uno se disculpa y se levanta educadamente de la mesa para lavarse las manos antes de comer. Incauto y con cierta prisa, gira el órgano de maniobra hacia la señal que indica el agua fría, abrasándose instantáneamente las palmas como si hubiese tocado las brasas de cualquier hoguera de San Juan.
A quienes viajéis a Rumania permitidme una recomendación: girad siempre el órgano de maniobra en el sentido contrario al que indican las señales azul y roja del grifo, acertaréis más que si lo hacéis de acuerdo con el sentido común.
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Jordan Flight 45 -
El vecino -