El Ateneo
Vamos a iniciar el año nuevo con una referencia al que quizás es el edificio más emblemático de Bucarest, el más admirado por sus habitantes y el más claro ejemplo de la arquitectura académica propia del Pequeño París: el Ateneo Rumano.
La institución llamada Ateneo Rumano fue fundada en 1865 por C. Esarcu, V.A. Ureche y N. Kreţulescu. Hacia finales de siglo, la dirección creyó en la necesidad de construir un edificio adecuado que imaginó como un “palacio de las ciencias y las artes” en el que el público debía tener acceso, en un ambiente áulico, a los beneficios de la cultura: exhibiciones, conciertos, conferencias, una biblioteca, una galería de arte e incluso una sala de proyección cinematográfica.
Los fondos para la construcción del edificio se recogieron por suscripción popular bajo el lema “Daţi un leu pentru Ateneu” (Dé un leu para el Ateneo). De este modo, en sólo un año se recogió suficiente dinero para, en 1886, poner la primera piedra del edificio, diseñado por el arquitecto francés Albert Galleron, sobre los cimientos del antiguo picadero de una sociedad ecuestre cercana.
El edificio está precedido de un espectacular peristilo formado por seis columnas jónicas que sostienen un frontón mudo. Tras él, sobre las puertas de entrada, cinco medallones en mosaico representan a los más destacados príncipes de Valaquia y Moldavia (Neagoe Bararab, Alexandru cel Bun, Vasile Lupu y Matei Bararab) y al rey Carol I, de origen extranjero pero ligado aquí a las dinastías locales en clara intención política. El edificio está coronado por una enorme cúpula neobarroca profusamente decorada.
En el interior hay una sala de exposiciones y una sala de concierto donde normalmente realiza sus interpretaciones la Orquesta Filarmónica George Enescu. En la planta baja hay un espectacular vestíbulo circular llamado La Rotonda, rodeado de doce columnas que imitan el mármol rosado. Desde el vestíbulo parten cuatro monumentales escaleras de caracol, realizadas en mármol y con balcones que dan al centro de la Rotonda.
La sala de conciertos tiene 600 asientos en platea y 52 palcos dispuestos en dos semicírculos. Por encima de los palcos superiores, en la pared interna del tambor de la cúpula, se desarrolla un enorme fresco de 3 metros de alto y 70 de largo - obra realizada por el pintor Grigore Petrescu entre 1933 y 1938 - con los principales momentos de la historia de los rumanos, desde la entrada del emperador Trajano en Dacia hasta la Primera Guerra Mundial. Originalmente, el fresco incluyó al rey Carol II y a su hijo, el futuro rey Mihai, sin embargo, tras el turbulento reinado y la controvertida abdicación de Carol II, ambas imágenes fueron tapadas por una composición de hombres del pueblo que aclaman al rey Fernando I y a la reina María, sus antecesores.
1 comentario
AMI -