Cuarta etapa: Graz - Budapest
La unión entre ciudades del antiguo Imperio Austrohúngaro es perfecta (Graz-Budapest) y aunque nos equivocamos al cruzar la frontera, el viaje se nos hace corto. Los mareos han quedado definitivamente atrás y todos podemos disfrutar del viaje. A la llegada a Budapest, los niños están famélicos así que lo primero es alimentarlos.
El apartamento que tenemos alquilado es de lujo, un dúplex con un salón amplísimo que los niños no tardan en invadir con juguetes. Las escaleras son una atractiva atracción para los churumbeles, así que debemos llenarlo todo con barreras (¡como en casa!). Después de un rato de tranquilidad, salimos a explorar la ciudad. Budapest es una maravilla, posiblemente refleja lo que algún día será Bucarest, aunque todavía esté lejos. Llegamos hasta el Danubio, pues es quizás donde las vistas son más bellas y donde se perfila la grandeza de la ciudad imperial.
Por la noche, primer canguro de Allison. María y yo salimos a cenar, tomarnos un respiro y valorar la distancia hecha y que mañana llegaremos a nuestro nuevo país.
Hoy no se ha caído nadie de la cama.
2 comentarios
Apasionado -
Aba Inma -
Recuerdo Budapest de cuando viajé allí con María y me encantó.
Achuchones para los cinco,bueno también para Allison.