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Miradas sobre la crisis ucraniana: disputas rumano-ucranianas (II)

Miradas sobre la crisis ucraniana: disputas rumano-ucranianas (II)

Rumanía y Ucrania son buenos vecinos, comparten unos 530 Km de frontera, pero no se tienen una especial simpatía. Desde que, en 1992, Rumanía abriese su embajada en Kiev, en sustitución de un Consulado General inaugurado en 1971, ambos países han tratado de regular sus relaciones a través de tratados bilaterales que no siempre han conseguido mitigar disputas fronterizas o delimitar sus zonas económicas exclusivas (territorio marítimo hasta 200 millas náuticas de la costa) en el Mar Negro.

En este sentido, Rumanía mantiene aspiraciones sentimentales sobre Bucovina Norte (en el siguiente mapa, marcado en naranja, al norte de Moldavia) y sobre Bugeac (marcado también en naranja, aunque al sur de Moldavia), actualmente en territorio ucraniano. Ambos territorios pertenecieron, durante la Edad Media, al Principado de Moldavia (sombreado en rosa en el mapa), junto al territorio de la actual República de Moldavia.

Bucovina perteneció al Imperio Austrohúngaro hasta que, tras la Primera Guerra Mundial, votó su integración en Rumanía. En 1940, en el marco del pacto secreto Ribbentrop-Molotov, el rey Carol II se vio obligado a ceder a la URSS el norte de este territorio (junto a Besarabia), quedando definitivamente integrado en Ucrania tras la Segunda Guerra Mundial. Cernăuţi, su preciosa capital – en ucraniano, Chernovtsi -, es hoy una ciudad con esa belleza decadente, al estilo Oporto, que no puede dejar indiferente a un viajero con buen gusto. El rumano todavía se escucha en sus calles, aunque cada vez con menor frecuencia, y algunos grupos pugnan porque se enseñe en las escuelas de la región, para conservar un legado cultural en proceso de extinción.

La bella Cernăuţi

Respecto a la región de Bugeac (Budyak, en ucraniano), fue disputada por rusos y otomanos durante siglos, se integró en la Besarabia zarista, en la breve República Democrática de Moldova y en el fallido proyecto de la Gran Rumanía, aunque tras la Segunda Guerra Mundial, no fue devuelta a Rumanía o a la República Socialista Soviética de Moldavia, sino a la de Ucrania y así permanece hasta hoy. Poco poblada durante siglos, en el XIX se asentaron búlgaros, gagaúzos (minoría túrquica de religión ortodoxa), armenios, gitanos, rusos, ucranianos, moldavos, griegos e incluso alemanes y suizos.

En los años 80 del siglo pasado, tras el descubrimiento de importantes reservas de gas y petróleo en territorio marítimo cercano a la Isla de las Serpientes – que contiene un faro, un embarcadero y una guarnición militar ucraniana -, frente a la línea fronteriza entre Rumanía y Ucrania, se inició una larga disputa territorial que acabó en el Tribunal Internacional de La Haya.

Disputas territoriales en torno a la Isla de las Serpientes

En el año 2009, el tribunal sentenció que una gran parte de la placa continental al sur de la isla (foto encabezando esta entrada) pertenece a Rumanía, otorgándole así una valiosísima reserva energética. Ucrania, como era de esperar, acató la sentencia, pero todavía se lame las heridas por semejante revés judicial. Actualmente, la disputa entre ambas naciones se limita al pequeño Golfo de Musura, cuya posesión no quedó clara en el Tratado de Paz de París de 1947, que fijó la frontera soviético-rumana tras la guerra.

2 comentarios

Mar -

Mi desconocimiento total de la isla de las serpientes hasta este momento. Gracias

Pompiliu George -

¡Hola! Buen hombre, has levantado las furias de más de uno , jajaja.
Felicidades por tu empeño, por tu pulcritud. Gracias por parte de un rumano que ha vivido 21 años en el Levante. 👍