Kurtos kalacs

Uno de los ejemplos más deliciosos de la gastronomía rumana son los llamados kurtos kalacs, unas peculiares pastas en espiral, cocinadas sobre brasas en un molde cilíndrico móvil.
Los kurtos kalacs proceden de la región de Covașna, en Transilvania, y deben su origen a una receta elaborada por colonos húngaros y bautizada por su inconfundible forma como “pastel chimenea” - kurto (chimenea) y kalacs (pastel).
La receta de los kurtos kalacs es uno de los secretos mejor guardados de Rumania. Temprano por la mañana, los pasteleros mezclan hábilmente sus ingredientes pues el proceso de elaboración tiene su miga, sin embargo, la cocción de la pasta resultante, enroscada sobre un molde cilíndrico, toma apenas unos pocos minutos. El producto final puede tener sabor a nueces, canela, almendras, chocolate, coco, avellanas o, simplemente, a azúcar, sin duda, mi sabor preferido.
Durante todo el año, el delicioso aroma de los “pasteles chimenea” envuelve la más inesperada esquina de Bucarest, así que ante la visión de un cocinero callejero, girando con mimo la golosina a la espera de un goloso paseante, es siempre recomendable abandonarse a la tentación.
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Viorel Codrea -
Carol -
AMA Gloria -