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Bucarestinos

Creepy Animation Night 2

Creepy Animation Night 2

Hacía semanas que teníamos las entradas para la Creepy Animation Night 2 y el viernes, ¡por fin!, llegó el día. Desde hace 5 años, anualmente se organiza en Bucarest un festival internacional de dibujos animados que, a decir de los expertos, cada vez tiene más fuerza.

Durante una semana, varios cines de la ciudad programan montones de cortos, anuncios, vídeo clips y largometrajes de animación de los más variopintos países. Además, en cada edición existe un país invitado (este año ha sido Hungría), un festival invitado (Festival Animafest de Zagreb), una escuela de animación invitada (MOME de Budapest) y un artista invitado (Alex Budosky de Nueva York). Paralelamente a las proyecciones, se realizan talleres para niños y adultos, proyecciones retrospectivas, charlas y exposiciones.

Desde el año pasado, una de los eventos especiales de mayor éxito es la Creepy Animation Night, una sesión de noche dedicada a cortos de dibujos animados de terror. Parecía un acontecimiento diseñado especialmente para nosotros así que no podíamos fallar.

Acabada la semanal laboral, el cine Patria acogió a toda la modernería de Bucarest: ropas extravagantes, pelos de colores y rastas, peinados retro, actitudes afectadas, algunos frikies entrados en carnes con camisetas de los Simpson y muchos curiosos, la mayoría extranjeros. La noche estaba organizada en tres proyecciones de una hora interrumpidas por una sesión de 45 minutos de un tal DJ Matze que, junto al artista visual Andrei Fantana, pretendía darnos una lección sobre lo mucho que encajan la ilustración por ordenador con la música electrónica. Pero yo ya estoy viejo para estas lides y a mi me pareció un auténtico coñazo inacabable y, encima, con pretensiones (aunque los modernos bucarestinos aguantaron estoicos, impasible el ademán, pues debían considerarlo una prueba de fuego para su pose).

Los cortos fueron otra cosa. Títulos tan sugerentes como El origen de las criaturas, Sangre de mi sangre, Las gemelas de la calle Poniente o La Noche de las bicicletas vivientes arrancaron los aplausos de un público bastante entregado. La calidad era buena, aunque algunas obras eran demasiado espesas para mi gusto, sin embargo, al ser historias cortas, no había tiempo para el aburrimiento. Fue una gran noche y aunque ya no estamos para trotes tan nocturnos, el año que viene repetiremos con una ingesta previa de café y coca-cola.

2 comentarios

AMA Gloria -

¿Fuiste con el pelo teñido de verde y con botas de tachuelas?

Ana, hermana y amiga!!! -

Muuuuuy interesante!!! Joooo!! Yo hubiera ido con vosotros seguro... aunque ¿ilustración por ordenador? en una sesión DJ... no lo acabo de pillar!!