Cosas de la globalización
Hoy hemos ido a comer al Restaurante Alioli, un excelente local donde verdaderamente se pueden degustar platos típicos de la gastronomía española. Hay otros restaurantes que se dicen españoles en Bucarest, pero normalmente su oferta es un insulto a cocina hispánica.
Hasta hace poco, los menús diarios no eran habituales en los restaurantes de Bucarest, sin embargo, poco a poco han ido apareciendo y su precio oscila alrededor de los 6 €. El Alioli ofrece un menú diario a unos 10 €, sin embargo, la oferta de platos y la calidad de los productos bien vale la diferencia de precio pues, al fin y al cabo, acostumbrados a variedades sin fin de la gastronomía del pollo, tomarse un buen gazpacho, una chapata con jamón, un logrado pulpo a la gallega o unas patatas a lo pobre con chorizo es una fiesta para el paladar. Mención especial merece el pan, una delicia que suelen acompañar con all i oli o con tomarte y aceite extra virgen.
En ésas estábamos, chupándonos los dedos, cuando nos hemos fijado en nuestros vecinos de mesa. Dos chinos conversaban en mandarín mientras degustaban unas migas con jamón y chorizo y un pulpo a la gallega sobre el correspondiente plato de madera. Bebían San Miguel y parecían estar encantados con el menú. El camarero se ha acercado, se ha dirigido a ellos en rumano y ellos han respondido con una parrafada en el mismo idioma. Todos tan felices.
Y es que realmente el mundo se ha hecho pequeño, muy pequeño.
2 comentarios
AMA Gloria -
Miguel Angel -
Un saludo,
Miguel