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Bucarestinos

Caso (casi) resuelto

Caso (casi) resuelto

Como expliqué hace unos días, el año ha empezado con un robo en nuestra oficina, perpetrado por uno o varios cacos que se llevaron dos portátiles y nos dejaron un montón de chatarra a cambio.

Los policías que nos visitaron, poco predispuestos al esfuerzo físico y mental, prefirieron que nosotros mismos resolviésemos el asunto visionando las cintas de seguridad de la finca “por si veíamos algo sospechoso”. Evidentemente, desistimos antes de empezar, sin embargo, nuestro aguerrido administrador, el Sr. Assad Hussien, un enorme, simpático y bonachón sudanés, se ha pasado desde entonces analizando las grabaciones hasta darnos una respuesta.

El autor del robo, apodado El Lengua - en la imagen, entrando en el edificio para perpetrar su hazaña -, es un sujeto bien conocido en el barrio. Al parecer, se ganó el mote cuando, escapando precipitadamente tras robar una televisión, tropezó y se arrancó la lengua de un inoportuno mordisco. Las cámaras de seguridad del vestíbulo lo registraron entrando en edificio la noche del 2 de enero, algo después de las cuatro de la mañana. Tras abrir la puerta en modo clásico, es decir, con una ganzúa, se le ve entrar tranquilo, vestido con un anorak de color azul cielo, unas bambas a juego y con las manos en los bolsillos.

Intentó primero apagar las cámaras del edificio desde el cuadro eléctrico de la finca, sin embargo, la maraña de interruptores, cables, fusibles y demás zarandajas eléctricas lo desanimaron pues no sabía dónde tocar. Subió decidido las escaleras, tanteó varias puertas y consiguió entrar en algunos pisos, con el resultado que ya conocemos. Salió unos 45 minutos después, abrazando nuestros ordenadores, y se topó con algunos transeúntes madrugadores que lo reconocieron, según le han dicho al Sr. Assad.

La policía ha sido informada por nuestro administrador, quien les ha proporcionado también fotografías, grabaciones y un estudio del tiempo que pasó el caco en el edificio, sin embargo, el Sr. Hussien cometió el error de denunciar el asunto el sábado pasado, día en el que, según los agentes, no se producen detenciones por mucho que conozcan perfectamente el paradero del autor de un delito.

-         Si usted sabe quién es y dónde está, métalo en el maletero de su coche, llévelo al bosque y déle una paliza – sugirieron al Sr. Hussien los custodios de la seguridad bucarestina, apelando a su formidable envergadura y guiñándole convenientemente el ojo.

Ahora sí creo que acaba este episodio, cuyo epílogo los constituyen dos ordenadores en falta, un par de conocidos más – el amable Sr. Hussien, al que no había tenido la oportunidad de saludar, y El Lengua – y un poco menos de respeto hacia la policía de ésta, nuestra ciudad.

2 comentarios

Berni -

Carlos....como en tu Dacia teneis todos los asientos levantados peude que no entre el "limba", pero yo me ofrezco a dejarte el Laguna break para este tipo de menesteres, la gasolina corre de mi cuenta.

Ana, hermana y amiga -

Jajajajajaja!! Me descojono con lo de la maraña de cables y con lo del apodo del susodicho, El Lengua, jajajajajajaja!!! Y flipo de verdad con lo de que en Sabad no se detiene a nadie!! ¿Pero que cachondeo es éste? Vaya país!!! El Sr. Hussien se lo ha currado!!