Sobre el puro morbo y la integración
Leo tanto en la prensa española como en la de aquí el caso de una chica rumana embarazada asesinada por su pareja – también rumana – en la localidad de Torrejón de Ardoz. El espeluznante crimen tiene además el añadido que el energúmeno contactó por Internet con la familia de la víctima para mostrarles su fechoría y, de paso, amenazar de muerte a la hermana de la desdichada. Por suerte, la policía rumana contactó a tiempo con la española y se pudo detener la carnicería y arrestar al asesino.
Sin duda, la historia es suficientemente espantosa como para que la industria del morbo televisivo de ambos países se haya frotado las manos y haya dedicado sus buenos minutos a explotar tan escabroso tema. La cadena rumana Antena 3 dedicó incluso un programa especial nocturno para tratar la noticia durante el cual, los sesudos tertulianos y el presentador se preguntaban, algo acomplejados, si iba a cambiar la opinión que tienen los españoles de los rumanos a causa de este crimen. ¿Cambiaron los rumanos su opinión sobre los españoles cuando un descerebrado rebanó el pescuezo de sus padres y su hermana menor con un sable japonés?, ¿y cuándo dos idiotas admiradoras este psicópata mataron a una compañera de clase para ganarse su admiración? Pues eso.
Sea como fuere - no quiero desviarme del tema -, para ilustrar su debate el programa contactó con la portavoz de la Federación de Asociaciones de Emigrantes Rumanos en España, Sra. Cristina Lincu, quien, tras agradecer educadamente la invitación, reprochó a los periodistas que aquélla era la primera vez que una televisión rumana contactaba con la federación y lamentó que lo hiciese por semejante historia. Muy digna, la Sra. Lincu dijo que esperaba que le preguntasen por la reciente noticia según la cual los rumanos forman el colectivo de inmigrantes que más se ha inscrito en las Oficinas del Censo Electoral para participar en las próximas elecciones municipales españolas.
¡Bravo, Sra. Lincu, bravo! Efectivamente, eso es una noticia y lo demás es puro y repugnante morbo. Si los rumanos son los inmigrantes que más se interesan por la política de su municipio es porque no quieren quedarse al margen, porque les interesa qué ocurre en su ciudad, porque están implicados con la sociedad en la que viven, en definitiva, es porque están integrados.
Ante semejante elocuencia, ningún periodista osó seguir preguntando a la Sra. Lincu y juntos volvieron a zambullirse en la basura pues, supongo, ahí se sentían más cómodos. Por mi parte, simplemente cambié de canal.
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Luis -