Mercado sabatino
Cada fin de semana, frente a la Academia Militar y su espectacular monumento a los soldados rumanos que se enfrentaron al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, se organiza un pequeño mercado de frutas y verduras con lo que recogen los paisanos de los alrededores de Bucarest en sus propios huertos.
No hay una gran variedad y algunos puestos presentan muy poca oferta, pero la calidad es buenísima y los precios son mucho menores que los que puedes encontrar en los grandes supermercados de la ciudad (donde la mayor parte de los vegetales son de importación).
Generalmente, cuando vamos con los churumbeles, somos el centro de atención y las abuelas se nos acercan para preguntarnos si son gemelos y darnos sus bendiciones. Es difícil pasar desapercibido con unos trillizos a cuestas aunque, a diferencia de Barcelona, aquí nadie se horroriza por el trabajo que dan tres niños, todos nos felicitan, se alegran e incluso dicen que nos envidian.
4 comentarios
Javi Osorio -
La verdad es que en Barcelona a cualquiera que le explico que teneis trillizos responde automaticamente: "¡Pobres!" Siempre me ha flipao esa respuesta compasiva de entrada. Seguro que es mucho curro, pronto podre hacerme una idea (aunque remota, pero que eso sea lo unico que se le ocurra a la gente... Cuanto quejica suelto.
Marian -
apasionado -
A ver si poneis un video bailando dragostea din tei! jaja
Aba Inma -
Por lo visto los rumanos en según que cosas son más civilizados que algúnos de por aquí, me parece de lo más lógico que os den sus bendiciones y felicitaciones por tener los tres tesoros más grandes del universo.
ES PASIÓN DE ABUELA!!!!!!