Blogia
Bucarestinos

La forja de la nación rumana (V): La oposición liberal

La forja de la nación rumana (V): La oposición liberal

Durante el primer tercio del siglo XIX, el nacionalismo rumano era ya una realidad, construida por los herederos de la Escuela de Transilvania y basada en una supuesta tradición cultural dacio-romana que se prolongaba desde la Antigüedad hasta la nación rumana de entonces.

En estas circunstancias, en las dos Asambleas legislativas surgió una oposición liberal favorable a la unión de las tierras pobladas por rumanos y contraria a la protección rusa. En los primeros años de vigencia de los Reglamentos, los hospodares pudieron controlar a esta oposición que en 1839 incluso intentó un frustrado un golpe de Estado con el objetivo crear una Federación danubiana que incorporase también a Serbia.

En los años cuarenta, tomó el relevo al frente del movimiento liberal un grupo de jóvenes formados en París - Ion Ghica, C. A. Rosetti, Nicolae Balcescu y Ion Brătianu –, donde habían integrado el Círculo Revolucionario Rumano. Ya de regreso a su país, mantuvieron una actividad semiclandestina en permanente contacto con la comunidad rumana de Transilvania.

La revolución parisina de 1848, la caída de Metternich y la sublevación de los húngaros provocaron la agitación revolucionaria de los rumanos de Transilvania, encabezados por el abogado Avram Iancu (en la imagen). A principios de abril, un grupo de liberales de Iaşi, entre los que destacaban el coronel Alexandru Ioan Cuza y el historiador Mihai Kogălniceanu, redactaron un programa político que exigía la reforma del Reglamento para incluir el reconocimiento de las libertades individuales, la introducción de reformas económicas y la responsabilidad del Gobierno frente al Parlamento. El programa fue presentado al Príncipe de Moldavia, Mihail Sturza, quien lo rechazó y acabó por la fuerza con el movimiento liberal, obligando a sus miembros a exiliarse a Transilvania.

A finales de mayo, los liberales válacos crearon un Comité revolucionario que redactó la llamada Proclamación de Islaz, publicada en junio, en la que se reclamaba el fin de la tutela extranjera, la unidad nacional – incluida Transilvania -, una Constitución liberal, la abolición de la servidumbre y el reparto de tierras, así como derechos civiles para gitanos y judíos. El Príncipe de Valaquia, Gheorghe Bibescu, consciente del apoyo que el Ejército y gran parte de la población daba a la Proclamación, decidió aprobar el programa y reconocer a un nuevo Gobierno revolucionario formado por Brătianu, Rosetti o Balcescu, entre otros liberales. Pocas semanas después, Bibescu decidió abdicar y exiliarse a Transilvania.

Los liberales decidieron entonces aplicar el programa establecido en Islaz por lo que suspendieron la censura, crearon la Guardia Nacional, secularizaron los bienes de los monasterios y terminaron con los privilegios feudales, incluyendo la servidumbre. La reforma agraria implicó una división de pareceres en el seno de los liberales por lo que el asunto se dejó en manos de la futura Asamblea Nacional Constituyente.

El Gobierno ruso contemplaba todos estos acontecimientos con creciente preocupación por lo que contactó con la Sublime Puerta para preparar una acción política que neutralizase el movimiento nacionalista. El Gobierno provisional intentó contemporizar, aceptando incluso que el sultán nombrase a una Regencia de tres miembros para sustituir a Bibescu, sin embargo, los rusos siguieron presionando y en septiembre el ejército turco invadió Valaquia y tomó Bucarest casi sin resistencia. Poco después llegó también el ejército ruso.

La convención ruso-turca de Balta Liman (abril de 1849), reforzó la situación de poder compartido entre ambas potencias en ambos Principados y restringió todavía más los Reglamentos Orgánicos, en los que el sistema de asambleas fue sustituido por Divanes con poder legislativo. El campesinado válaco volvió a la servidumbre con sus obligaciones incrementadas y muchos liberales se exiliaron a Francia, donde encontraron en Napoleón III al máximo valedor europeo de la unidad nacional rumana.

1 comentario

Abuela Gloria -

Gracias por tus exhaustivas informaciones sobre una parte de la historia europea que desconocemos totalmente.