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Bucarestinos

Dilemas cotidianos

Dilemas cotidianos

No sabes lo bien que tienes solucionada la vida hasta que te enfrentas a una nueva ciudad, entonces surgen infinidad de pequeños problemas que ni imaginabas.

 

Sin duda, el principal escollo lo constituye la compra diaria. ¿A qué supermercado ir? En el centro de Bucarest no abundan los lugares donde comprar alimentos, hay pequeñas tiendas que venden lo básico (magazin mixt), pero es difícil avituallarse ahí para un período largo. Los bucarestinos tampoco se muestran muy colaboradores ante la pregunta sobre el supermercado más próximo, probablemente porque sólo compran en Makro o en Carrefour, ambos más baratos y situados en las afueras de la ciudad.

 

Una vez consigues encontrar un supermercado te enfrentas a gran cantidad de marcas y productos que nunca antes habías visto. ¿Serán buenos?, ¿a qué sabrá esto?, ¿leche Fulga, Dorna o Zuzú? Puedes guiarte por la clásica solución, comprar lo más caro, sin embargo, así te garantizas una factura astronómica pues los precios de los alimentos en Rumania son más elevados que en Barcelona.

 

Algo parecido ocurre cuando quieres comprar algo tan sencillo como una prenda de vestir. Paseas, ves tiendas, te escandalizas y cuando localizas una con un aspecto aproximadamente pijo, te encuentras con la sorpresa de que la mayor parte de lo que ofrecen en el interior tiene el mismo aspecto que las montañas de ropa del mercadillo sabatino de Arenys de Mar. Si no te queda más remedio, acabas comprando lo menos agresivo, aunque una vez puesto, ante el inmisericorde espejo, te das cuenta que has dado un paso más para la integración estética.

 

Los niños se lo han pasado hoy de muerte en el parque Cismigiu; les hemos comprado unos cacharros para jugar en la arena y unas piezas de construcción.

 

Nota: En los restaurantes chinos de Bucarest los camareros rumanos visten como chinos y los verdaderos chinos están en la cocina. Por cierto, en rumano pato es rata, lo que nos acerca a la verdad de la gastronomía oriental.

 

 

8 comentarios

elena -

para empezar pato no es ninguna palabra rumana y no significa rata. y tengo una pregunta para ti que buscas en rumania?

Jordi Doménech -

Llevaba ya días sin leer vuestro blog y me he tenido que poner al día de las muchas novedades. Me imaginaba Bucarest más modernizada de lo que decís ¡Cuanto daño tantos años de comunismo!
Me alegro de ver que los churumbeles están tan estupendos. Las fotos que habéis puesto de ellos son geniales. Abrazos

Javi Osorio -

Si os sirve de ayuda, yo escogería la Zuzú azul tetra-brick grande... aunque tal vez mejor que pidáis la opinión del público o el comodín.

Javier Osorio -

Chavales, comerse una "rata chop-suey" servida por una bigotuda camarera rumana vastida con un "changfu" en un restaurante sito en una calle como la de la foto es una experiencia que si no os mata os hará más fuertes. Ya nada os podrá impresionar a partir de ahora.

maria S. -

bueno bueno, los comienzos nunca han sido fáciles, pero sólo es cuestión de tiempo.
un beso

Aba Inma -

Bueno, problemillas de adaptación que en unas semanas habrán desaparecído.
Cuidaros y besotes.

Berni -

Disculpa que se me olvid'o decirte que si quieres hacer una compra medio bien de precio, (además creo que hay uno en tu calle actual), busca los supermercados "Mega Image" el logo que tienen es como un leon negro

berni -

Bine at venit ¡¡¡

Pues eso que bienvenidos a Bucarest, por cierto que yo hoy también he encontrado mi nuevo piso pues me tengo que mudar en un mes (me voy muy cerca de Piata Victorei).
Pues eso, espero que os lo adapteis lo antes posible. Un saludo