Bucarest: ciudad de zigurats
La arquitectura moderna de Bucarest posee una personalidad bien visible a través de una extraña amalgama de motivos y fuentes de inspiración que refleja su carácter cosmopolita y diverso, aunque también sus nostalgias, sus anhelos y sus dilemas. Si se pasea por la ciudad con la mirada atenta, es fácil identificar uno de los motivos más repetidos gracias al éxito que cosechó entre los arquitectos Art Deco de los años 20: el zigurat.
El zigurat alcanzó su popularidad gracias al interés que suscitaban las civilizaciones antiguas y a su conexión con una metáfora literaria, muy de moda en aquel momento, según la cual la ciudad moderna era la representación de la nueva Babilonia. Relacionado con la pirámide, que encarna la perfección y su última estilización, la silueta escalonada se empleó desde en el diseño de colgantes o botellas de perfume hasta en la culminación de las secciones más altas de ciertos edificios.
Arquitectónicamente, el zigurat se empleó por su simbología relacionada con el movimiento, el optimismo, el triunfo o el prestigio, aunque también como metáfora de una pirámide social por la que, aparentemente, todos podían ascender hasta la cima en aquella Bucarest de los prodigios.
2 comentarios
Luis -
Es cierto eso que dices. Añado que los zigurats són típicos de los primeros grandes rascacielos (v. Nueva York), y me parece que el arquitecto, aparte de dejarse influir por el Oriente, se dejase influir por la historia de la Torre de Babel. La civilización occidental, en su infinita soberbia, superó el asunto de las alturas que los hijos de Noé no pudieron superar, y dejó constancia de ello. Es un decir.
Cesar -
Sencillamente deliciosos tus post sobre Arquitectura.
Un saludo Egipcio
Cesar