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Bucarestinos

Dactilografía

Dactilografía

Existen en Bucarest unos lugares anunciados con modestos carteles en los que se lee: “Dactilografia”. Suelen ser salas a pie de calle, con escasa decoración y menos intimidad,  algunas mesas, un par de sillas por mesa y encima de cada una de las mesas, una máquina de escribir. Nunca hay demasiados papeles sobre las mesas, sólo algunos folios imprescindibles para el escribidor, un señor normalmente mayor que teclea encorvado a gran velocidad, concentrado en plasmar lo que le dice el cliente que se sienta junto a él o en rellenar el formulario que tiene enfrente.

 

El cliente también suele ser un anciano, alguien que no tiene máquina de escribir en casa, al que los ordenadores le pillaron ya mayor pero que mantiene intacta la buena costumbre de respetar una correctísima presentación en todo aquello que deba presentar a las autoridades, en las cartas que envía a sus familiares, en peticiones, actas, etc.

 

Es curioso echar una ojeada a estos lugares pues los que están dentro suelen levantar la vista y mirarte con curiosidad, mucha más que la que tú muestras cuando los miras, completamente seguros de que quien está fuera de lugar eres precisamente tú.

4 comentarios

M -

Más bien creo que esto no es porque alguien no tenga ordenador, es porque hay formularios (matriculación de vehículo entre otros) que se deben rellenar a máquina, máquina, no a ordenador. Si no pregúntale a uno que yo me sé que ha sido cliente varias veces ya.

AMA Gloria -

Tal como van las cosas por ahí y "por aqui" van a proliferar esos ancianos q se quieren sacar unas monedillas.

Luis -

Hola, Carlos,

Pues yo recuerdo un amanuense cerca de la plaza de San Felipe Neri, en Barcelona.

Muy curioso.

Aba Inma -

¡Curioso!