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Bucarestinos

El origen de los nombres de los barrios de Bucarest: Aviației, Aviatorilor y Baneasa

El origen de los nombres de los barrios de Bucarest: Aviației, Aviatorilor y Baneasa

A principios de los años 80, durante la agónica recta final del período comunista, se construyó al norte de Bucarest un nuevo barrio en el que Ceaușescu pretendía alojar a familias de policías, militares y aviadores del ejército rumano, que acabaron dando nombre al barrio (Aviației o de la aviación). Como recuerdo de las intenciones del tirano, en el emplazamiento del antiguo aeropuerto de Pipera, hoy puede visitarse el interesantísimo Museo de la Aviación, en cuyos jardines languidece el famoso helicóptero que sacó precipitadamente a Ceaușescu de la sede central del Partido Comunista Rumano durante la Revolución de 1989.

Muy cerca del barrio de la Aviación se encuentra el barrio llamado Aviatorilor, es decir, el de los aviadores, cuyo nombre proviene de la preciosa estatua de estilo Art decó dedicada a los Héroes del Aire. El monumento fue realizado por los escultores Iosif Fekete y Lidia Kotzebue y erigido en 1935 para recordar a los aviadores rumanos fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, en accidentes, en pruebas de aviación, etc.

El barrio de Baneasa, conocido hoy por su enorme centro comercial y su antiguo aeropuerto (actualmente en proceso de reforma y con vuelos muy limitados), se sitúa en el lugar que antaño ocupó un pueblo llamado Carstinesti, cuyos habitantes eran bien conocidos en Bucarest por la calidad de la leche de sus vacas y por los quesos que producían y vendían en la ciudad. En el año 1761, el pueblo pasó a formar parte de las propiedades de Ecaterina Vacarescu, esposa del ban Stefan Vacarescu. Por aquél entonces, el título de ban era el más alto rango nobiliario otorgado por los príncipes válacos y la mujer del ban solía ser conocida como baneasa, designación que acabó dando nombre al territorio de su propiedad y, finalmente, al barrio que hoy allí se levanta. 

2 comentarios

Luis. -

Bravo.

Cesar -

Delicioso post, como siempre.