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Rumania en la Primera Guerra Mundial (V): Esperanzas y amenazas del contagio ruso. El nacimiento de Moldavia

Rumania en la Primera Guerra Mundial (V): Esperanzas y amenazas del contagio ruso. El nacimiento de Moldavia

Tras la victoria de Mărășești, una desconcertante nube apareció en el horizonte rumano. A finales de verano de 1917, el fracaso de la revolución socialista en Rusia contra el gobierno liberal del príncipe Lvov (julio de 1917), creado tras la abdicación del zar Nicolás II, y el intento de golpe de Estado antibolchevique del general Kornilov (septiembre de 1917) provocaron la inestabilidad del frente moldavo y amenazaron el equilibrio político y social de la región, pues los soldados rusos presentes en la zona se manifestaron públicamente a favor de la firma de un tratado de paz y de la democracia y, en varias localidades, incluso se crearon soviets según el modelo de Petrogrado, lo que sin duda llamó la atención de la población rumana.

Este sentimiento de esperanza provocó también el renacimiento del movimiento social-demócrata rumano, cuyo foco se encontraba en la ciudad de Iași, donde se realizaron diversas manifestaciones exigiendo la paz y elogiando los méritos de la revolución rusa. En la ciudad, Cristian Rakovski, un dirigente de origen búlgaro del Partido Social Demócrata de Rumania aprovechó las circunstancias para revitalizar el movimiento y organizar en el país una revolución al estilo ruso que acabase con el “zarismo rumano”, democratizase el país e impusiese una reforma agraria, aunque sin reclamar una revolución socialista. El grupo de Rakovski fue hostigado por la policía del gobierno y, finalmente, optó por exiliarse a Odessa en verano de 1917.

Cristian Rakovski junto a Trotski en 1920

Paralelamente, la situación más allá del Prut, en Besarabia – por entonces, en territorio ruso -, se había complicado también debido a las manifestaciones de aldeanos y soldados rumanos que exigían la autonomía política de la región e incluso la formación de unidades separadas del ejército ruso, las cohortes moldavas, para el mantenimiento del orden público. Mientras, en Chișinău, un congreso de profesores rumanos de Besarabia exigía la rumanización de la enseñanza y la sustitución del alfabeto cirílico por el latino en los manuales escolares. Por su parte, intelectuales liberales y antiguos boyardos conservadores fundaron el Partido Nacional Moldavo, que reclamaba la creación de una Besarabia rumana y autónoma. Entre la primavera y el verano, se celebraron varios congresos campesinos y se empezaron a ocupar las tierras de los grandes propietarios, formando comités para repartirlas, lo que provocó graves desórdenes en las zonas rurales.

En noviembre, un congreso de oficiales y soldados proclamaron por mayoría la autonomía de la provincia y convocaron un Consejo de País (Sfatul Țării) que debía ratificar su acción. A pesar de las turbulencias socio-políticas, se consiguió formar una asamblea de 138 miembros, representante de un largo espectro de intereses económicos y sociales, así como de las minorías étnicas (el 70 % eran rumanos y el resto rusos, búlgaros, alemanes y hebreos). El Consejo de País de reunió el 4 de diciembre y, tras intensos debates, dominados por la mayoría rumana, el 15 de diciembre se proclamó la República Federal Democrática Moldava, establecida entre los ríos Prut y Dniester.

Palacio Sfatul Țării de Chișinău, postal de 1920.

En respuesta a este movimiento político, fuerzas bolcheviques ocuparon Chişinău a mediados de enero de 1918, disolviendo el Consejo de País, sin embargo, el gobierno rumano decidió enviar una división de infantería que consiguió expulsarlas a finales de mes y reponer el Consejo, que el 6 de febrero de 1918 proclamó la independencia de la República de Moldavia, como preludio a su unión con Rumania.

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