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Bucarestinos

Escatología a la rumana

Escatología a la rumana

Cristian Capatanescu era el hombre más gordo de Rumania. El buen señor había superado los 400 kilos de peso, algo así como un Miura pero en plan despanzurrado. Capatanescu pasaba los días en un hospital de Bucarest a la espera de una milagrosa operación de estómago que lo redujese a un tamaño más práctico, sin embargo, la Parca lo alcanzó antes de entrar en quirófano.

Hasta aquí todo dentro de una normalidad relativa pero, ¡ay, qué su señora fue a iniciar los trámites del sepelio cuando la obligaron a contratar el servicio con ataúd reforzado y de talla XXXXL! A la mujer le hicieron los ojos chiribitas cuando vio el precio de la caja, así que hizo sus números y ha decidido hacerle una liposucción al cadáver del marido para que se ajuste a un féretro de tamaño normal.

Lo ha pensado todo la mujer e incluso ha declarado a la prensa – pues los periodistas la persiguen debido al deceso de su magnífico esposo – que piensa dar ortodoxa sepultura a su pareja adelgazada e incinerar lo sobrante en la intimidad. Otros parientes, más prácticos pero con poca visión espacial, proponen cortarlo en pedazos para que quepa en la caja.

Dispuesto a decir barbaridades, por mi parte, propongo que hagan una gran  barbacoa, que inviten a los vecinos y que los huesos los repartan entre los chuchos vagabundos de la zona. La familia se ahorrará un dineral y quedarán como unos señores.

2 comentarios

Luis -

Pero ¡qué bruto que eres, Carlos!

Alberto -

A este hombre lo debían conocer en el "caru cu bere".. jajaja

comiendo mititei y sarmale todos podriamos acabar asi!!

TODOS SOMOS CRISTIAN!